Marea Editorial

“Vivimos entre la tensión y la valentía”

Verónica Toller es la autora de Daños colaterales, papeleras, contaminación y resistencia en el río Uruguay, con prólogo del rabino Sergio Bergman y el sello de Editorial Marea. Es periodista, corresponsal del diario Clarín en Gualeguaychú, profesora de Literatura y Latín y ejerce la docencia en la Universidad Austral. En 2007 recibió el Premio Internacional al Periodismo que entrega el rey de España a la calidad lingüística y el buen uso del español. Está casada, tiene cuatro hijos y vive en la ribera que puso a la Argentina en la agenda del mundo sobre la cuestión del cuidado del medio ambiente y la pacífica defensa civil como actitud frente a la ausencia ejecutiva del Estado.

¿Cómo se siente pasar de ser periodista a escritora? 
Con mucho por contar. Dos veces cambié el plan de la obra; es tanto lo que ha generado el conflicto pastero en el mundo que un solo libro no alcanza. Seleccioné muchísimo y tomé las partes más representativas del conflicto para que lo entiendan especialmente quienes no viven en Gualeguaychú. Traté de ser objetiva, respetar los hechos y pensar calzándome los zapatos de quienes no están aquí. 
¿Se viene “Daños colaterales II”? 
Seguramente será necesario un cierre. El capítulo que falta es el jurídico-internacional y la actitud que tome el Gobierno argentino para darle un corte al conflicto. La presidenta Cristina Fernández espera la decisión del Tribunal de La Haya, que va a fallar sobre una cuestión jurídica que tiene un trasfondo medioambiental. Pero lo social le corresponde al Estado argentino. Los periodistas y los medios vamos cubriendo el tema a los fogonazos y son pocas las veces en las que podemos ir a lo profundo del conflicto. 
¿Qué dirías de tu gente, tan participativa y amante de su tierra? 
Siento admiración y reconocimiento por un grupo humano que supo ponerse de pie y defender sus derechos. Vivimos entre la tensión y la valentía. Por momentos una suerte de desazón nos invade, al sentir nuestro día a día entre uruguayos y gualeguaychenses: siempre fuimos hermanos, pero ha habido heridas y afrentas mutuas, entrega y avasallamiento. Actualmente no hay diálogo. 
¿Sos optimista con respecto a la resolución de conflicto? 
Mientras escribía el cierre del libro me sentía naïf, tonta, y pensé que muchos se reirían del final, donde afirmo que debemos poner en un primer plano el acercamiento, el diálogo, los emprendimientos comunitarios, y que necesitamos volver a la hermandad con los uruguayos. No debemos renegar de la humanidad al proponer empresas ni al defender nuestros derechos; ser humanos es muy parecido a decir hermanos.