En coincidencia con el mes de la identidad, la diputada y nieta restituida Victoria Montenegro presentó su libro Hasta ser Victoria, donde relata el camino de Memoria, Verdad y Justicia que atravesó para recuperar su identidad. “Al principio Victoria no me podía ni ver, no quería saber nada. No quería ni que me acercara (...) Si ella está acá, yo me voy, decía Victoria. Nosotras sabíamos que había que esperar. Y hoy la vemos y es un ejemplo. Trabajando todos los días por los demás”. Así se expresó Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, al participar de la presentación del libro realizada en el CCK, con la presencia del periodista Claudio Villarruel y la directora de Marea Editorial Constanza Brunet.
“Este libro es un pequeño aporte para seguir buscando a los nietos y nietas que nos falta encontrar. Siguiendo el ejemplo de amor de las Abuelas. Ese amor al que le estoy agradecida por siempre”, dijo Montenegro. La nieta restituida agregó: “Yo aparezco en el 2000. Yo lo que sentí era que mi sangre estaba sucia. Mi papá no me va a querer más, pensaba. Me daba mucha vergüenza decir que 'era hija de la subversión'. En un momento, mi apropiador Herman Tetzlaff me dijo que hubo un enfrentamiento, que entraron a la casa donde vivían mis padres y que batieron al enemigo, que él me había salvado mi vida. Y yo le agradecí que me había criado a pesar de ser una hija de uno de sus enemigos. Sin dudas es un libro que está lleno de contradicciones. Son todas las contradicciones que viví. Hoy de lo que se trata es de sembrar memoria”.
Entre los presentes estuvieron referentes de los derechos humanos: Rosita Rosinblit, Lita Boitano, Taty Almeyda, Buscarita Roa, entre otras y otros. También se acercaron el ministro de Cultura Tristán Bauer, el Procurador del Tesoro Carlos Zannini, el senador nacional Mariano Recalde, los candidatos por el Frente de Todos a diputado y legislador Leandro Santoro y Alejandro Amor, los legisladores porteños Claudio Ferreño, Javier Andrade, Matías Barroetaveña, la Presidenta de la agencia Télam Bernarda Llorente y el secretario General de ATE Capital Daniel Catalano.
Hasta ser Victoria fue editado por Marea Editorial y cuenta con prólogos de Carlotto y del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla. “No me imagino la vida sin ser Victoria. Nada de todo esto, de lo que soy, de lo que hago, de lo que siento, que es mío y que es genuino, puedo imaginar. Y cada día de mi vida estoy inmensamente agradecida con Abuelas. Pero el proceso que hay que transitar para aceptar la verdad es largo y difícil. A lo mejor es un proceso de toda la vida. Tal vez no me alcance esta vida para manejar las contradicciones. Por un lado, la suerte de que me hayan encontrado, de ser quien soy hoy, y por otro lado la culpa. La culpa es muy difícil de llevar”, relata la autora en el texto. La obra refleja las contradicciones que marcaron el proceso de restitución de su identidad, las motivaciones que llevaron a escribirlo, su amor incondicional por Estela de Carlotto y el resto de las Abuelas, y el complejo vínculo con sus apropiadores. “Tardé siete años, desde el día en que me dieron el resultado del Banco Genético, en poder decir mi nombre”, escribe Victoria.
El 13 de febrero de 1976, un grupo de tareas comandado por el coronel Herman Antonio Tetzlaff irrumpió en su casa, en la localidad de William Morris, provincia de Buenos Aires, y la secuestró, con apenas trece días de vida, junto a sus padres. Desde ese momento, los tres pasaron a engrosar la lista de desaparecidos. Tetzlaff se apropió de Victoria, le eligió un nuevo nombre y la educó según la ideología que sostenía al terrorismo de Estado. “¿Sabés cuál es la perfección del mal? Decir 'yo te salvé la vida, te salvé de ser Victoria, sos María Sol'. Que torture a tus padres, te robe, los mate y logre que lo quieras. Que yo me pregunte qué haría si supiera que está preso y no tiene los remedios y saber que no podría dormir pensando en eso. Esa es la perfección del mal”, cuenta Victoria a corazón abierto en su libro.