2021 es el Año Sabato. No solo por el décimo aniversario de su muerte, que acaba de conmemorarse el pasado 30 de abril. Además, el próximo 24 de junio será el turno de celebrar el centenario de su nacimiento y, si ambas cosas no alcanzaran, en 2021 también se cumplen 60 años de la publicación de su obra magna, la novela Sobre héroes y tumbas. Un motivo triple para recordar a quien fuera no solo uno de los autores más destacados del rico panorama literario argentino del siglo XX, sino también una presencia de gran importancia en la vida política del país.
La lista de razones para volver sobre Ernesto Sabato, hombre y obra, es imposible de agotar en un párrafo. Son muchos los elementos de su vida que merecen ser mejor conocidos, tanto por el peso específico de su obra como por la importancia simbólica de su figura. Porque si en el género épico el valor de los héroes se mide en la dimensión de sus rivales, alcanza con mencionar la larga relación de idas y vueltas que Sabato mantuvo con Borges para comprender su relevancia. La dicotomía Borges o Sabato fue, durante la segunda mitad del siglo pasado, una fórmula que logró polarizar culturalmente a la Argentina casi con la misma profundidad de un Boca - River.
Pero ya pasaron dos décadas del siglo XXI y casi no quedan registros de aquel duelo, que era percibido por sus contemporáneos como un choque de titanes. La nueva era marca el triunfo de Borges, que se ganó un lugar bien alto en el Olimpo no solo de la literatura argentina, sino universal. Por el contrario, Sabato y su obra han dejado de ser percibidos como presencias valiosas y hoy pesa sobre ambos un olvido casi absoluto. Por eso resulta valiosa y bienvenida la edición de Sabato, el escritor metafísico (Marea Editorial), de Pablo Morosi y Sandra Di Luca, que ofrece un recorrido completo y profundo por la biografía del autor de El túnel. Pero que sobre todo representa un paso firme contra ese olvido injusto.