Diego Terre*
En su construcción de historia urgente que intenta trazar Bruno Bimbi en su segundo libro “El fin del armario. Lesbianas, gays, bisexuales y trans en el siglo XXI”, nos plantea la eclosión (¿finiquitada?) imaginaria del arquetipo modelador más emblemático de nuestro decir diverso. El periodista hace uso de un amplio bagaje de historias para construir la estructura del libro, las mismas se mezclan con su historia personal. Esta nueva obra de Bimbi llega siete años después de su primer libro “Matrimonio igualitario. Intrigas, tensiones y secretos en el camino hacia la ley” donde recorría la gesta de la Ley 26.618 de Matrimonio Civil (2010) (conocida como la Ley de Matrimonio Igualitario).
La mayoría de las experiencias, que hacen de esqueleto de este libro, son tanto argentinas como brasileras, esto puede deberse a los territorios políticos recorridos por Bruno. En Argentina se desempeño como Secretario de Relaciones Internacionales y Prensa de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans; y en Brasil actualmente es tesorero de la mesa ejecutiva provincial del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) de Río de Janeiro y coordinador político del diputado Jean Wyllys.
La escritura del libro es muy similar a las notas que Bimbi redacta en Tod@s, blog sobre diversidad sexual para el sitio web de TN (Todo Noticias), incluso se hace varias alusiones a casos ya publicados. Esto también lo podemos ver en los abundantes subtítulos que conforman cada uno de los 6 capítulos.
Se valdrá de su propio pasado para modelar la introducción del libro y plantear, a modo de denuncia, el robo de la adolescencia que sufrimos quienes no respondemos a la construcción heteronormica de la misma. Trabajará, no solo el tópico de la adolescencia robada, sino también el nacimiento obligado en el armario, y el continuo salir del mismo. Será el armario, para Bimbi, la muralla entre lo público y lo privado, aquella que es levantada una y otra vez en cada nuevo lugar que toca presentarnos. Podría decirse que la heteronorma es la gran arquitecta que se encargará de la edificación de esta muralla ad aeternum.
El fin del armario se esboza cercano y se encuentra desarrollándose en estos momentos, porque según se plantea el camino por el cual se va forjando, es el paso de la vergüenza al orgullo, con sus avances y retrocesos. Este es el viaje al cual nos invita Bimbi.
En el primer capítulo se nos presentan los cajones de ese armario que se intenta erradicar. Encontraremos un sinfín de historias de las más variopintas, donde se va construyendo un mapeo de situaciones, pero sin profundizarlas, de ahí el título de este capítulo Gaykipedia. Comienza con varios subtítulos dedicados a la presunción heterosexual, historias cortas que dan cuenta lo difícil de teatralizar aquello que no se es, el esfuerzo mental de encajar. Esas historias también le servirán para denunciar la falta de perspectiva de género en la formación académica de varias carreras que tienen relación con la salud.
De las historias anteriores salta al armario del deporte, subraya un par de ejemplos de otros países y comenta que para las campañas de la ley de matrimonio igualitario no se pudo conseguir ningún futbolista, incurriendo aquí en un error tal vez propio del ego porteño, como omitir la participación del ex jugador de Newlle’s Old Boys, Kurt Lutman, quien en el 2015 protagonizo una campaña a favor de la ley de matrimonio igualitario. En la mayor parte del libro Bimbi se basa en decires y discursos de personas conocidas y con renombre, en algunos casos para resaltar lo positivo y en otros para marcar las fallas; en el tema del deporte menciona lo que dijo Passarella cuando era DT de la selección sobre la negación de incorporar jugadores gay a su plantel, y nuevamente omite una frase recordada de Mauricio Macri cuando González, periodista de Página/12, le pregunta sobre la posibilidad de incorporar a un jugador gay en el plantel boquense, a lo que responde “Es una situación complicada, es una enfermedad, no es una persona ciento por ciento sana. Para aceptarla en el equipo tendría que ser una persona más respetuosa de los demás, muy ubicada. (...) Es una desviación no deseada. ¿Qué quiere que le haga? Yo le tengo que decir lo que pienso. ¿Y qué voy a pensar? ¿Que lo que hacen es bárbaro? ¿Usted festejaría que su hijo fuera homosexual?” (Página/12, 1997)
En este capítulo volará rapazmente por diversos temas como el outing y las diversas posturas que el tema genera, la bisexualidad (solo tres páginas en todo el libro), los osos porteños, la formación del área de diversidad en el centro de estudiantes del colegio nacional de Buenos Aires, Grinder y la fantasía del stock infinito y el rol que se le da a los personajes LGBTIQ en las telenovelas brasileras y mexicanas.
Para el segundo capítulo Bimbi recurre al recorrido histórico, para marcar aquellos momentos en que el orgullo venció a la vergüenza. Citara como acontecimientos el NO de Rosa Parks en aquel colectivo de diciembre de 1955, el NO de quienes se resistieron al desalojo del pub Stowell Inn en la madrugada del 28 de junio de 1969, la unión de homosexuales y mineros en las huelgas de la Gran Bretaña de Thatcher por 1984, e incluirá, además, la fundamentación de Arendt sobre la importancia del matrimonio para la integración entre “blancxs y negrxs” en los Estados Unidos de la primera mitad del siglo XX. Todo este recorrido, de corte anglosajón, lo usará para subrayar las conquistas de las leyes de Matrimonio Igualitario e Identidad de Género.
En el capítulo Putos y Judíos, denunciará el pinkwashing que sucede en Israel y la utilización del mismo como publicidad para occidente. Este país es el único de Medio Oriente donde se reconocen buena parte de los derechos de la población gay, en cuanto al matrimonio no tienen legislación, pero permiten reconocer a los cónyuges de los judíos casados en el extranjero. Cuando hablamos de la población trans, permiten el cambio de sexo y nombre de los documentos para aquellxs que pasen por las cirugías de reasignación sexual, y para llegar a ellas deben dar cuenta de padecer “disforia de género”, hecho que transforma a esta política en un elemento patologizante de las corporalidades trans. Este pinkwashing encontrara su punto más alto en la ciudad de Tel Aviv, el mayor destino turístico elegido por varones gay de Europa y América del Norte, que es a su vez alimentado por el pinkmoney y el consumo en esta urbe. Luego de este recorrido, el capítulo continuara con la posibilidad de casamiento religioso para parejas del mismo sexo en la comunidad judía, relatando el caso de la boda de dos mujeres en la sinagoga de Capital Federal en Argentina en 2016.
En su mapeo por Medio Oriente, deconstruira una editorial de 2012 del diario iraní Mashregh News donde se denuncia a la homosexualidad como una campaña de occidente sobre los países de la región. Esto puede relacionarse con el planteo que hace Bruno sobre la ausencia de homosexuales en Irán, en realidad ironiza debido a la gran mortalidad de la población LGBT o, lo que es peor, la obligación del gobierno iraní de “normalizar” esos cuerpos forzando a la población gay a realizarse la cirugía de reasignación de sexo, pudiendo elegir entre la intervención quirúrgica o la muerte. En su cuarto capítulo continuará con los crímenes de odio pero cruzará de continente, realizará un leve recorrido por África, donde 32 de los 54 países presentan leyes antihomosexuales. Dentro de los ejemplos más recientes de este tipo de leyes encontramos la Ley Antihomosexual de Uganda, presentada por el Movimiento de Resistencia Nacional en 2014. Luego de territorializar esos crímenes Bimbi se centrará en casos especiales, como el de Alan Turing, Daniel Zamudio y Jose Leandro.
Cuando Bimbi llega al quinto capítulo, En el nombre de Dios, nos describirá la relación de la iglesia evangélica y el catolicismo con la población LGBT. En el caso de la religión católica, se centrara en la figura del actual papa Francisco, Jorge Bergoglio. Pero se explayara mucho más cuando da cuenta de los movimientos políticos y económicos de la iglesia universal en Brasil y como este movimiento religioso influye en la construcción de políticas tendientes a reducir los derechos conseguidos para la comunidad LGBT. El último capítulo Bimbi se lo dedicará a las corporalidades trans, poniendo el foco en la gesta de la Ley de Identidad de Género y en la polémica mediática, impulsada en una coyuntura electoral, del subsidio a la comunidad trans.
Después del panorama global que pinta Bimbi, se nos hace difícil imaginar ese fin del armario, pareciera que hay aperturas entre la madera que lo forma y es ahí donde el autor intenta ahondar. El título se configura así en un deseo utópico bimbiano. A través de sus páginas Bruno traza una ruta por diferentes lugares del globo terráqueo con la intención de realizar un muestreo de la situación actual de lesbianas, gays, bisexuales y trans; intención que se cumple por momentos y principalmente en la población gay. Este salto por diferentes historias servirá de ejercicio para aquellxs lectores que todavía no se cuestionan el papel central de la cisheteronorma en los discursos y cuerpos sociales. En cambio, quienes tengan un recorrido teórico o vivencial sobre la temática notaran la imposibilidad de rastrear un marco teórico que sirva de apoyatura al relato.
Hay un esfuerzo pasional de Bimbi por ponerle nombre a la situación y a los cuerpos que enfrentan cada uno de los avatares que describe, sobre todo en continentes como África y Asia. Pasión que también encontramos en su prosa antipopulista, que está en sintonía con el prologo que Osvaldo Bazán le realiza.
El fin del armario supone una puerta de entrada, un corrimiento del discurso normalizador, invitándonos a cuestionar, constantemente, el estatus cisheterocentrado.
*Técnico en Epidemiología. Docente Universitario, Facultad de Ciencias Médica, Universidad Nacional de Rosario. Miembro del Programa Universitario de Diversidad Sexual, Centro de Estudios Interdisciplinarios - Universidad Nacional de Rosario, Argentina.
E-mail: diegoterre@hotmail.com