Remarcó el concepto de «teología y prosperidad», entrelazado con la subjetividad contemporánea actual «más individualista del progreso»; y la cantidad de medios de comunicación que poseen en todo el continente: «El poder evangélico se basa en dos pilares: la cuestión territorial y la mediática. En el caso de la territorial, efectivamente cumplen un trabajo donde el estado falla en su capacidad de resolver problemáticas sociales, estos grupos incluso se organizan sobre temas de adicción, alcoholismo, la violencia doméstica», sostuvo.
En este sentido, agregó: «Ese trabajo social es lo que negocian los pastores en la mesas de negociación de la política, porque también les da una popularidad importante, un acceso fuerte a los fieles que se traduce políticamente. Esto no quiere decir que los fieles voten lo que les dice el pastor, no es eso, pero sí que les da un poder de negociación a estos grupos que después lo llevan a la arena política».
Al respecto de las elecciones en EEUU. señaló: «Algunas reflexiones pueden indicar que es posible que Trump sea derrotado en estas elecciones, y realmente han pasado muchas cosas: el asesinato de George Floyd, las protestas en contra del racismo, la dificultad del gobierno para manejar el tema de la pandemia; y lo han puesto en una crisis fuerte», y concluyó: «El partido demócrata tuvo muchos cambios en los últimos años, y es posible que hoy ese partido esté reflejando mucho más el ánimo de la sociedad que el partido republicano».