En medio de monstruos, vampiros y sangre, Gabo Ferro se sumergió en el inhóspito mundo del segundo gobierno de Rosas. Con una fuerte apuesta de investigación, Ferro asegura que su próximo libro, una novela de no ficción que sitúa a un vampiro en la corte rosista, descansa en algún lugar oscuro de su mente. "Un montón de documentos dicen que el tipo se abrió de la historia de la luz del día durante muchos años: todo el tiempo se está diciendo que Rosas bebe sangre", cuenta. Barbarie y civilización fue concebido en la Biblioteca Nacional: lejos de los "espantos" que, le contaron, habitan en el lugar, Gabo devela que de chico tuvo una relación tormentosa con la lectura, siempre ligada a la enfermedad. "Sólo leía cuando estaba enfermo. Los libros me llegaban con la varicela, la tos convulsa y el sarampión". Con la música como protagonista, Gabo recuerda que los primeros libros que llegaron a sus manos eran a través de discos, donde se mezclaban voces en español neutro con rock nacional. Como sólo lo dejaban usar el tocadiscos para sus lecturas, el pequeño Gabo le robaba a su hermano, once años mayor, vinilos de Moris, Almendra o Color Humano. "Yo decía 'voy a escuchar Pedro y el lobo', y después ponía lo que quería". Confeso lector de todo lo que cae en sus manos, el cantautor cuenta que gracias a una tía asociada al Círculo de Lectores, se topaba con cosas muy bizarras. Y que de la mano de su abuela Modesta, los diarios siempre jugaron un rol destacado. Durante el año que vivió bajo el techo de los Ferro como consecuencia de un accidente, Gabo le leía el periódico todos los días. Con la adolescencia llegó el descubrimiento de la literatura fundacional argentina: el Martín Fierro, El Matadero y Facundo. "Calculo que es lo que me llevó después a estudiar Historia. Disfrutaba de esos textos como un hincha de fútbol, encontraba mucha pasión en ellos", dice. Con una lectura profunda de la dramaturgia de Shakespeare y de algunos textos de Oscar Wilde, Gabo se reconoce dueño de una biblioteca de no menos de 3.000 volúmenes. "Me prometí no comprar más libros que no pueda leer, aunque ya estoy cometiendo fallas. La biblioteca es como un pantano: hay cosas que pensás que tenías, pero no están por ningún lado y después aparecen". Próximo a escribir su novela vampira, Ferro dice ser un escritor ordenado: "Cuando escribo un ensayo no escribo canciones: si estoy en sintonía científica, no estoy con la fantasía que yo pienso requiere la escritura de una canción".
"Me prometi no comprar mas libros que no pudiera leer", confiesa gabo ferro, trovador incansable.