A 25 años de su partida, Héctor Roberto Chavero Aramburu es revalorado como la gran leyenda de la canción folklórica latinoamericana y un ícono de la identidad argentina, cuyas letras han sido cantadas por intérpretes como tan emblemáticos como Juan Carlos Biglietto, Mercedes Sosa, María Dolores Pradera, Víctor Jara y actualmente hasta por roqueros como Enrique Bumbury.
El libro, denominado "Don Ata, la voz de un continente", pondera como en la obra de Yupanqui, la soledad, la belleza de la tierra, el viaje interminable, la injusticia, el amor, el silencio y el encuentro con el alma de los pueblos se tradujeron en una obra y estilo incomparables, vigentes un cuarto de siglo depsués de su partida.
De acuerdo con información del portal ANDigital, el material fue publicado originalmente en francés en 2011 y por primera vez es impreso en español.
Sobre su autor, Urtizberea, refiere que es un cantautor y compositor de música andina, cuya obra se vio influida por el propio Yupanqui.
De acuerdo con datos del portal “Buscabiografías. com”, el músico nació el 31 de enero de 1908, en Buenos Aires, Argentina; fue descendiente de indios, criollos y vascos, y desde su niñez tuvo formación musical, de hecho, tenía seis años de edad cuando aprendió a tocar la guitarra con el profesor Bautista Almirón.
Para 1917 se mudó con su familia a la ciudad de Tucumán y a los 19 años de edad compuso su primera canción: "Camino del Indio".
Vino entonces un momento muy importante para el escritor, quien emprendió un viaje por varias partes de Sudamérica que le servirían como inspiración para sus próximas composiciones.
El portal argentino “cmtv.com.ar” destaca que en esa travesía, el artista exploró poblaciones de países como Bolivia, Brasil, Uruguay y Argentina, en busca de viejas culturas aborígenes.
En esa época ya contaba con fama de cantautor y se afilió al Partido Comunista de su país, acción que desembocó en la censura de su obra y su encarcelamiento en dos ocasiones durante el régimen del presidente Juan Domingo Perón (1895-1974), periodo que duró hasta 1952.
En su inquietud de seguir conociendo el mundo viajó a Europa para, en 1950 presentarse al lado de la cantante Edith Piaf (1915-1963), quien lo invitó a actuar en París.
Después de dicha presentación firmó contrato con la disquera “Chant du munt” y publicó su primer disco de vinilo “Minero Soy”. Con dicho material se presentó al Concurso Internacional de Folclore y obtuvo el primer lugar como Mejor Disco de la Academia Charles Cros.
A partir de 1952 radicó en Argentina al lado de su esposa Nenette, construyó su casa en la provincia de Cerro Colorado, en Córdoba, y comenzó a difundir su trabajo en radio.
En 1960 su carrera tomó gran auge, pues su trabajo etnográfico fue valorado, cantantes como Mercedes Sosa (1935-2009) y Jorge Cafrune (1978) grabaron composiciones de Yupanqui. En los mismos años inició una gira internacional que duró más de un año por países como: Colombia, España, Japón, Marruecos, Egipto, Israel e Italia, al terminar se mudó a París.
En 1976 llegó al poder Jorge Videla (1925-2013), su dictadura como presidente de Argentina propició que Yupanqui se alejara de su país periódicamente.
No obstante, su trabajo fue reconocido con varios premios, entre los que destacan el de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras en 1986 y un homenaje en la Universidad de Tucumán en 1989.
Otros reconocimientos que recibió fueron: Primer Premio de Karlovy-Vary (1956), Disco de Oro por difundir la música criolla por el mundo (1973), Premio "Tecno 80" en el Festival de San Remo, Italia (1980).
Como escritor publicó “Piedra sola” (1939), “Aires” (1943), “Cerro Bayo” (1953), “Guitarra” (1960), “El canto del viento” (1965), “El payador perseguido” (1972), “Confesiones de un payador” (1984) y “La capataza” (1992), entre otros.
Sus canciones más interpretadas fueron: “La alabanza”, “El arriero”, “Cachilo dormido”, “Coplas del payador perseguido”, “Indiecito dormido”, “Le tengo rabia al silencio”, “Luna tucumana”, “Milonga del solitario”, por mencionar algunas.
El guitarrista murió el 23 de mayo de 1992, en Nimes, Francia, y fue hasta el 7 de junio de ese año que sus restos llegaron al Cerro Colorado, donde tuvo su hogar y encontr+o su último reposo.