Marea Editorial

Pepe Mujica, ligero de equipaje

Por Sebastián Basualdo

En ciertas ocasiones, resulta necesaria aquella frase de Simone de Beauvoir cuando afirmaba no hablar de sus convicciones porque de lo contrario se convertían en meras opiniones. En el caso de Pepe Mujica es todo lo contrario. Quienes ahora tengan la posibilidad de leer sus ideas, experimentarán que para repetir algo no alcanza, y hasta podría decirse no es necesario tener buena memoria. Para repetir algo hay que haber creído en ello.

Surgido de audiciones radiales matutinas en Radio 10 que conduce todos los jueves Gustavo Sylvestre, "Pepe Mujica, ligero de equipaje" es un libro donde el ex presidente uruguayo y dirigente Tupamaro reflexiona a modo de puente tendido entre Argentina y Uruguay sobre cuestiones esenciales de la vida del ser humano entre la política y la filosofía, la palabra experiencia, que no es otra cosa que recuerdo acumulado (y no el mero hecho de estar en el mundo) se impone con la fuerza que tiene la coherencia vital para resignificar una vez más aquella idea aristotélica de que el hombre es un animal político, vale decir un ser social que debiera comprender que nadie se salva solo.

Como regla, siempre me ha llamado la atención que muchos de aquellos que eventualmente hacen equilibrio sentados en lugares de “poder”, administradores de las corbatas del verdadero poder, el económico, y sus diferentes aristas como ciertos medios de comunicación, tomen decisiones cuyos resultados no podrán ver ni mucho menos corregir (¿ciencias políticas? ¿ciencias de la educación?) debido a un orden natural de la biología. Para decirlo de una vez y sin tapujos: no estarán vivos y lo peor: aquellos que recibirán la herencia de sus propios intereses no tendrán otra posibilidad más que la de aceptar esa herencia que no benefició más que a unos pocos –los propios-, los que se creen dueños de aquellas corbatas, si se me permite la metáfora doble, una abyecta concepción del carpe diem de Horatio, ese eterno presente al que refirió el filósofo alemán y que hoy podría materializarse en Deuda Externa para experimentar lo absurdo de todo esto, y no justamente en el sentido camuseano del término. “Lo supieron los arduos alumnos de Pitágoras: los astros y los hombres, vuelven cíclicamente”. Entendida así la política, pareciera ser un espacio atemporal, un lugar donde flamea, con la verosimilitud de un relato de ciencia ficción, una sola bandera donde físicamente resulta imposible. Lugar al que no se puede ir, ni volver, un No lugar, algo así como una estafa a la palabra Utopía.

Pepe Mujica, entre unos pocos muchos, es una excepción a esta regla. La deliberada manipulación entre saber, información y conocimiento, no nos permiten, como diría Alejandra Kamiya, entender que los árboles caídos también son el bosque. El saber es intransferible, ¿de qué manera podría traducir en palabras todo lo que vivió Pepe Mujica durante aquellos años de preso político como dirigente Tupamaro? Es imposible. Para dar otro ejemplo, quién sabía, en el más profundo sentido del saber, el teorema de Pitágoras. No hay más que una respuesta: Pitágoras. La palabra Eureka esconde una falsa ilusión: la de verdad revelada. No es así puesto que hay una ruta, incluso una bitácora inefable. Entonces el saber le da su lugar al conocimiento, que sí puede transmitirse, ¿o acaso no debemos aprender el teorema de Pitágoras durante nuestra formación escolar? Dejando de lado la información, ad hoc, pariente cercano del olvido porque… (y ya lo saben los publicistas), la información, como diría Guillermo Cácharo, no modifica comportamientos. Leo en un atado de cigarrillos: “fumar produce cáncer”. Lo cierto es que no voy a dejar de fumar porque haya o no asimilado esa información. El problema, suponiendo que haya uno solo, es el modo en que se utiliza la retórica en función de una naturalización para ocultar. Cuando en un bar (ahora que todo el mundo, incluso el Vaquero montado a caballo de una famosa marca de cigarrillos comprendió que fumar hace daño, ¿o acaso resulta demasiado costoso para cualquier Estado los tratamientos ontológicos? La ingenuidad no es prima hermana de la inocencia: no se resuelven los problemas climáticos no dando bolsas de plástico en los supermercados o suprimiendo el sorbete en el vaso donde se compra comida rápida de Mc Chatarra ), cuando en un bar, repetimos, ahora que está firmemente prohibido, decido dejar la mesa con la excusa de tener “ganas” de fumar un pucho –palabra si no me equivoco de origen mapuche que significa poquito- comienza la manipulación del lenguaje, su capacidad de naturalización. Al desnaturalizar se pone en evidencia que no es lo mismo tener “ganas” de tomar un helado que de fumar. Naturalmente, no tengo ganas. Y lo que no le voy a decir a mi acompañante es que debo salir del bar para encender un cigarrillo que, al fumarlo, incorporará una terrible variedad de químicos para lograr estabilizar mi organismo; dicho de otra manera: que me devuelva en cuotas mínimas una estabilidad orgánica que no conocía antes de ser adicto a la nicotina y sus agregados químicos. Volviendo al conocimiento, podemos conocer el teorema de Pitágoras, cualquier persona puede enseñarlo, bien… Pero… ¿para qué? En el teorema de Pitágoras se encuentra el origen de la democracia, quién sabe si la intención de un reparto equitativo de la luz solar no tendrá alguna relación.

Lo extraordinario es que Pepe Mujica ha logrado de manera coherente ligar el concepto de experiencia y conocimiento, lexis y praxis, un legado para las próximas generaciones como quien tiene presente que siempre, diría Abelardo Castillo, queda algo donde alguna vez hubo una mujer o un hombre. Todo lo que hacemos se nos parece.

“Admiro mucho a Pepe Mujica. Lo entrevisté por primera vez en 2009, durante la campaña presidencial que lo consagró como presidente de la República Oriental del Uruguay”, dice Sylvestre durante la entrevista realizada en exclusiva para Paco Urondo. Momento en el cual, leemos páginas de su libro como si se tratara de algo más que de un objeto precioso. Pronto llegará una definición de Gustavo Sylvestre , una de esas verdades que son rotundas como un desmoronamiento para entender qué es para él verdaderamente su libro "Pepe Mujica, ligero de equipaje".

Nacido en Entre Ríos, además de periodista y locutor, es profesor de historia . En 2015 fue galardonado con el premio Martín Fierro al mejor programa periodiístico de cable. Ese mismo año, recibió el premio Eter al mejor programa periodístico de radio AM. En 2016, ganó el Martín Fierro en el rubro conducción masculina. Entre otros premios internacionales, recibió el Ondas, otorgado por la cadena Ser de España, el New York Festival y el premio Broadcasting.

APU: Debido a la vorágine propia del contexto de campaña, no debió resultar tan sencillo acceder a esa primera entrevista

Gustavo Sylvestre: Todo lo contrario, y es más, te diría que el gesto de su parte que te voy a contar lo define en más de un sentido. El día que le pedimos la entrevista, nos mandó a decir que aceptaba con una sola condición.

APU: ¿Cuál?

GS: Que nos quedáramos a comer un asado. Y así fue. A partir de ese día, siempre hubo entre nosotros una relación de afecto y respeto mutuo. Pepe Mujica es uno de los últimos grandes políticos de raza.

Al mencionar Gustavo Sylvestre la palabra respeto resulta inevitable citar a Luiz Inácio Lula Da Silva, quien a modo de prólogo en el libro, afirma que “Pepe es más que un estadista; él es un símbolo de integridad, humildad y compromiso con los ideales humanistas. Su lucha en defensa de la democracia y la paz, la inclusión social y el combate contra la desigualdad es incansable. El enfoque sencillo y sincero de la política, la negativa a ceder a los lujos del poder y la dedicación incansable por el bienestar de todos son lecciones que no dejamos de admirar”. También el Papa Franciscos se expresa a propósito de Pepe Mujiica: “ Lo he recibido y charlé con él y su compañera Lucía en varias oportunidades y agradezco que haya tenido presente mi mensaje referido a distintos temas en sus columnas que hoy se publican. Compartimos la preocupación y la idea por una mayor justicia social en el mundo y en nuestra patria; por el cuidado del medio ambiente, “nuestra casa”, que es nuestra tierra y por sobre todo por una política que debe ser noble. Como ha expresado Pepe, la política es un acto de servicio, una vocación de vida”. Rafael Correa, también en el prólogo afirma: “Pepe no se define como pobre, sino como sobrio, que vive con lo justo para que las cosas no le roben libertad”.

APU: ¿Cómo nace la idea del libro?

GS: A partir de una columna que hacíamos los jueves en Radio 10. Fue a principio de 2021 cuando la producción de Mañana Sylvestre planteó la posibilidad de incorporar a Pepe Mujica como columnista una vez a la semana. Fue una alegría enorme para mí. Como digo en el libro, estas columnas son un compendio de política, filosofía, humanismo y una celebración a la vida.

“Creo que la Argentina tiene una enfermedad muy grande”, afirma Pepe Mujica en un programa emitido en abril de 2021 y que, en el libro, integra el capítulo titulado: La globalización de la desigualdad, “el odio introducido en la percepción política y social es demasiado crudo y corta de entrada toda posibilidad de intercambio, de diálogo. Y las sociedades modernas son inmensamente complejas, y cada vez lo han de ser más. Ello supone que es inevitable que en una sociedad contemporánea haya puntos de vistas diversos, desacuerdos, diferencias. No existe la sociedad perfecta, es una quimera porque estamos en situaciones sociales distintas, estamos frente al reparto de los bienes en posiciones distintas, gozamos de capitales intelectuales muy distintos, porque hay quien tiene una formación tecnológica unilateral y quien tiene una visión humanista también unilateral, es demasiado conocimiento y la capacidad humana tiene límites. De ahí que nos aparecen movimientos radicalizados, en una esquina de la sociedad y en la otra, colocando su causa particular como el centro del universo, y a veces puede ser una causa muy importante, pero en el centro del universo está la lucha por la vida, que al fin es el valor más cotidiano y más trascendente, que es el querer vivir. Y sin embargo, nos olvidamos de eso, entonces hay que tener tolerancia intelectual para acordar, discrepar, pero con un tono de altura y evitando la ofensa gratuita. La Argentina duele cuando uno la ve de lejos, duele porque está invadida de un odio envenenado y por ese lado no hay ninguna salida. Ese medio ambiente también arrastra a los actores políticos”.

APU: Es fascinante la cantidad de temas que aborda Pepe Mujica en el libro

GS: Sí, Pepe tiene la virtud de hablarnos de todos los temas, desde advertirnos ante el cambio climático, su filosofía de vida, sus cotidianas tareas de lo que siembra en su chacra y sus reflexiones políticas. Fijate una cosa, Pepe es capaz de quedarse despierto toda una noche para leer una resolución de la ONU sobre los cambios climáticos.

APU: ¿Cómo definiría el libro "Pepe Mujica, ligero de equipaje"?

GS: Antes permitime repetir algo escrito por mí en el prólogo. El Pepe, sin tapujos ni hipocresías, afirma que sí, que los pueblos se equivocan cuando votan y que son manipulables. Afirma que la humanidad se parece cada vez más a un mono con ametralladora. No exagero cuando digo que se adelanta a todos los tiempos y advierte que, como las máquinas nos están sustituyendo, los dueños deberían pagar a la seguridad social de cada país. A Pepe le duele como a muchos de nosotros esta Argentina que estamos transitando. Grita, clama, por la unidad de los sectores progresistas. Este libro es más que reflexiones que nacen de la experiencia y la vida transitada por un hombre de ley, que siente la política como vocación y servicio a su Patria. Vuelvo a tu pregunta, este libro es un verdadero manual de conducción política.