Patricia Suarez es rosarina, dramaturga y narradora. Tiene una vasta y prolífica trayectoria en la que publicó novelas y libros de teatro, y en la que cosechó varios premios nacionales. Actualmente, la cartelera porteña exhibe cuatro de sus obras: “Edgardo practica, cósima hace magia” y “Herr Klement”, comedias que forman parte de la Trilogía del Nazismo; “El fruto” y “Desván”. Un recorrido vertiginoso por su vida y su obra.
Patricia Suárez nació el 13 de marzo de 1969, esta rosarina escritora y dramaturga que ahora vive en Buenos Aires, ha recorrido con sus palabras los lugares más recónditos del mapa y los géneros más diversos. “Lo que escribo siempre tiene que ver con viajar. En el movimiento está la gracia. Hay algo que podes encontrar al moverte que si te quedas encerrado en un mundo pequeño no aparece. Y no tiene porque ser un viaje geográfico.”
Una crisis vocacional desencadenó el abandono de la carrera universitaria que cursaba, psicología, y la llegada a la escritura alrededor de los veinte años. En ese momento el anhelo era “escribir buenos cuentos”. Casi dos décadas después su trabajo como narradora es numeroso y sus premios y obras teatrales en escena son el reflejo de una fructuosa carrera. En el año 1995 comenzó a participar en revistas literarias y periódicos - tanto de Rosario como de Buenos Aires- , al año siguiente ya estaba ganando certámenes en todo el país con su narrativa, como el primer premio en el Concurso de Cuentos para Jóvenes Haroldo Conti y el Premio Monte Ávila en el Concurso de Cuentos Juan Rulfo – Radio Francia Internacional. El salto a los grandes titulares se dio en el 2003 cuando, con su novela Perdida en el momento, se hizo acreedora del Premio Clarín de Novela.
El premio funcionó para la” Patricia de Buenos Aires” como una estrategia de publicación, una puerta que se abría. Su novela fue elegida entre más de quinientas obras presentadas por escritores de Latinoamérica, España y Estados Unidos. Consultada acerca de los procesos de elección que conllevan estos certámenes Suarez aclara que para ella eso es tan “arbitrario” como el arte mismo. “La historia de la novela la empecé a escribir como un cuento de cinco carillas, que luego pasó a tener quince y un poco después cincuenta. Entonces me agarró un ataque de pánico, pero antes de tirar todo se lo mandé a Elvio Gandolfo. A vuelta de correo había un mensaje amenazante: 'Esto no es cuento, es una novela. Terminala o voy y te mato'.
Las críticas de sus obras no dejan de resaltar el carácter femenino de su prosa, con un discurso inocente, coloreado por un malicioso ingenio infantil. Consultada por esta forma de escribir Patricia Suárez responde: “Creo que hombres y mujeres escribimos diferente, porque nuestra subjetividad es diferente. Percibimos distinto las cosas, tenemos aprendizajes culturales distintos... Yo escribo como mujer. ¡No conozco otra manera!”
- ¿Cómo es el proceso de escritura? ¿Tienes un método fijo o depende de la situación?
- En general, tengo una imagen. Y trabajo sobre eso. Es una cajita de Pandora al revés. Una vez que la abrís se empieza a llenar: de imágenes, recuerdos, frases, lecturas... Así nace un cuento o una obra. Busco y pienso mucho durante quince días o hasta dos meses. Soy mucho de estar con la cabeza en las nubes, imaginando, tomando apuntecitos... y un día, me siento y escribo de un tirón.
- ¿Escribís diferente a los personajes mujeres y hombres, o simplemente plasmas en los textos las diferencias de personalidad que puede haber entre individuos?
- Me cuesta mucho escribir personajes hombres. Es un desafío. No sé bien qué tienen ellos en la cabeza y no quiero prejuzgar. Hay que ponerse en el lugar del otro, pero eso exige sabiduría y paciencia. Y a veces no se logra. Recién este último año empecé a escribir desde los varones.
_ ¿Qué diferencias hay, si es que las haces, cuando escribís para adultos y cuando es para chicos? ¿Crees que cambian las temáticas y el léxico depende a que publico vaya dirigido el texto?
- Creo que son escrituras diferentes, porque la literatura infantil es, de alguna manera, un género. Aquí puede suceder lo fantástico y lo disparatado con mucho menos resquemor que en la literatura para adultos. Para mí, es en la escritura para chicos donde más me divierto. Pero también es real que tengo que estar de buen humor para escribirla. No podes hacer un cuento para chicos estando peleada con la vida.
El teatro para ella es diferente. Se trata de un texto social, que no termina con la propia escritura, sino que es un proceso que continúa con el director y sus actores, hasta que impacta en el espectador. A lo largo de su carrera se han visto sobre las tablas decenas de obras realizadas por “la Suárez dramaturga”. Vera (Pequeño monólogo a partir del cuento de Antón Chejov “Vanka”), dirigida por Marcelo Mangone, La Varsovia, dirigida por Carlos Schwader, Trilogía de las polacas, dirigida por Clara Pando, Elvira Onetto y Laura Yussem, El descuido de la siesta, con dirección de Alejandro Ullúa y Surch café, en coautoría con María Rosa Pheiffer, con dirección de Herminia Jenesian son solo algunas de sus piezas de teatro que han recorrido la Argentina.
Pero no solo los géneros clásicos la han embelesado. Patricia Suárez tiene un blog en el cual escribe periódicamente pequeños relatos o crónicas y comparte con los cibernautas imágenes de obras de arte que sube a la Web, así como también juegos de palabras, sus últimas películas vistas, textos favoritos de otros autores e impresiones personales. Discreto encanto (http://discretoencanto.blogspot.com) le permite mostrar, como ella misma define, “breves impresiones personales, pequeñas luces del mundo”.
Otra incursión dentro de los nuevos medios de comunicación es la publicación de las nuevas novelas por entregas que brinda la compañía de celulares Movistar a sus clientes. El primero de estos folletines del nuevo milenio, con autoría de la escritora rosarina, se llamó Switch! y contaba la historia de Stefi, una chica que tenía grandes dudas para elegir al hombre correcto. La nueva novela se titula Bonus track, allí Franca Pérez, una chica que compone canciones, se enreda en un romance al estilo gótico con su maestro de canto.
- ¿Cómo es escribir para novelas por entregas para celular? ¿Cambiando el soporte, cambia la forma de escribir?
- Es muy divertido. Lo empecé a hacer como desafío formal. Una historia de comedia romántica, para jóvenes de entre 18 y 25 años, hasta 2000 caracteres por capítulo. Es muy fácil de acceder a los contenidos, si perteneces a esa compañía de celular, pedís la novela y te van llegando en forma de mensajes de texto, hasta tres por semana.
- ¿Cuáles son los proyectos que vienen?
- En estas próximas semanas se estrenan algunas obras. Edgardo practica y Cosima hace magia, el 28 de julio, la dirige Alejandro Ullua, en el Teatro del Artefacto. Ahí mismo, el 10 de agosto, Corina Fiorillo estrena mi obra El fruto. Y el 6 de agosto, en el marco de Teatro x la Identidad, Hugo Urquijo dirigirá en el teatro del Pueblo Una máscara del amor. Además este año sale un nuevo libro, Sola otra vez, un libro de crónicas que va a ser publicado por Marea Editorial. Además de, por supuesto, seguir escribiendo, un poco de cada cosa, según el humor en que ande…
- ¿Qué es lo que te hace sentir reconocida como escritora? Los libros publicados, los concursos ganados, los lectores o los espectadores de las obras...
- Creo que se siente cuando alguien te reconoce en una librería o en algún lugar público. Alguien que no esperas y de pronto te dice: - Te vi, te leí...- y te hace su devolución. Cuando eso pasa me da mucho pudor, me siento incómoda. Porque trasciende eso que ya escribiste y más que en ningún momento te das cuenta que ya no te pertenece, que es de los otros. Y por eso, a lo mejor, no podes responder nada.
La cartelera porteña exhibe hoy cuatro obras de su autoría: Edgardo practica, cósima hace magia, una comedia negra ambientada en la Argentina de los 90, que muestra el hastío de un matrimonio alemán de pasado siniestro vinculado al nazismo, y Herr Klement, una mirada sobre el nazismo y su vinculación con la Argentina que cobijó a sus prófugos, y una vuelta para hablar de la dictadura de los años 70. Ambas obras son parte de la Trilogía del Nazismo, que resultó una de las ganadoras del Concurso Nacional de Producción Teatral 2006, del Instituto Nacional del Teatro. Además, hasta fines de julio se exhibirán El fruto y Desván