Cerró la revista donde trabajaban ella y su marido, a su padre le diagnosticaron cáncer, se suicidió una amiga y se recuperaba de una cirugía. Entonces la periodista peruana Gabriela Wiener se enteró de que estaba embarazada.
Wiener (1975) vive en España y venía haciendo periodismo “gonzo”, un tipo de crónicas en las que el periodista pone el cuerpo, se mete en el asunto y lo que le pasa es parte de la nota. Con esta perspectiva había sacado un libro, Sexografías .
Y ahora estaba embarazada. Qué podía hacer sino contarlo. El resultado es Nueve lunas , un libro que salió recientemente en la Argentina. Allí narra el submundo de las embarazadas: las películas porno con mujeres en estado, la violencia médica, el prejuicio que envuelve a la parturienta. Puede ser un libro escandaloso: habla del ardor sexual de una futura mamá. Puede ser un apoyo para las mujeres que no viven el embarazo en una nube de ensoñaciones felices.
Nueve Lunas es la historia de una chica lejos de su país, una treintañera, que escribe sobre pornografía y ama Internet y ver series en su sofá, y comer fast food, en una época en que la biotecnología ya permite toda clase de experimentos reproductivos.
“Los manuales para embarazadas –escribe– deben haber sido escritos por madres narcotizadas por el amor de sus hijos, sin una pizca de distancia crítica”.
Y ni café, ni Coca Cola, nada: “Cómo es que hasta ahora no se ha sintentizado una droga de diseño para embarazadas?” Extasis prenatal, LSD para gestantes, algo así”.
–¿Por que escribir un libro sobre la maternidad? –Me propusieron hacer un libro de crónicas, el que yo quisiera, y cuando estaba pensando en alguna idea gonzo y kamikaze, descubro que estoy embarazada. Pocos días antes había cerrado la revista en la que trabajábamos. Me pareció que no había algo tan real, que tuviera el componente de “experiencia vivida en mis propias carnes”, de problemas en las redes sociales, que incluyera problemática social, de historia generacional, de crítica al sistema médico, de lucha contra los manuales de autoayuda para mamis bobas y de manifiesto contra la cursilería y la frivolización que han despojado al embarazo de su profundidad y dignidad. Me pareció que sólo podía hacerlo narrando el mío en toda su crudeza.
–Usted escribe, por ejemplo, sobre “un submundo alrededor de las ‘panzoncitas’, dentro del género ‘placeres extraños’, al lado de la zoofilia, gordas y tercera edad.
-Quería hacer un libro que fuera necesario para mí y quizás para más gente, pero no sólo por que diera alguna información práctica e hiciera chistes sobre los peditos de las preñadas. Quería que fuera una lectura que como, un parto natural, contuviera la experiencia sin anestesia.
–Hay un “deber ser” políticamente correcto que pone presión y culpa a las mujeres. ¿Es necesario desmitificar “el oficio de madre”? –Yo lucho cada día para ser una madre normal.