La cubana Yoani Sánchez es una periodista digital que publica todos sus pensamientos en la red. Ella vive en La Habana, en la mitad de la pobreza, pero allí no publica ninguna de sus opiniones porque lo que piensa sobre la realidad le disgusta mucho al gobierno cubano. Yoani Sánchez piensa que el sistema cubano es negativo para su país, pero cree que si dijera eso a viva voz, a los pies del monumento al Che Guevara, la Revolución le confiscaría todas sus palabras. De modo que desde 2007 escribe únicamente en la web, en su blog Generación Y, que tiene 14 millones de visitas al mes y que la ha llevado a la fama cibernética. Yoani Sánchez se ha transformado en la blogdisidente más importante de Cuba, y ahora una editorial argentina, Marea, reunió algunos de sus textos y publicó el libro Cuba libre.
–¿Oigo? –de pronto Yoani Sánchez se ha puesto al teléfono. Hace dos días se supo que ese libro, Cuba libre, cuyo título en su país resulta una provocación, y que acá, en el Sur, se toma con dos hielos, generó un problema. El 18 de marzo la editorial Marea le envió a Yoani un paquete con diez ejemplares. Nunca llegaron a sus manos. Según parece, el gobierno cubano interceptó el envío y se ha puesto a leer la obra buscando una injuria. “Fueron retenidos por el gobierno y no creo que los vayan a devolver”, explica Yoani Sánchez, una mujer que, para algunos, es muy valiente, y, para otros, es una espía de la CIA que recibe dinero para publicar los defectos del castrismo. “No me dejan viajar, no me dejan ir a recibir los premios que ha ganado mi blog y ahora no me dejan ver mi libro”, afirma, mientras Crítica de la Argentina la escucha con tensión ya que ha sido advertido que el diálogo está siendo espiado.
–¿Cómo definiría exactamente el contenido de su blog?
–Son crónicas de cada día que ilustra pinceladas de la vida diaria cubana. Por supuesto también habla de política.
Yoani Sánchez dice que ella es la primera ciudadana cubana, asentada en Cuba, que publica sus pensamientos con nombre y apellido. En su blog, de hecho, aparece su número de identificación cubana, el 75090424130, y afirma que todas las personas que exponen su rostro y su número de documento y se atreven a emitir una opinión, sufrirán represalias.
–¿Ha recibido represalias?
–Varias. Me han estigmatizado socialmente. Han intentado darme una imagen de peste radiactiva. Y, además, aunque no me gusta ponerme de víctima, están las amenazas policiales.
Yoani tiene argumentos para la irritación: el 4 de noviembre fue detenida en una marcha. Tres hombres fornidos le pidieron que por favor se metiera a un auto chino y la llevaron a un paseo desagradable. La soltaron en cualquier parte. Luego, el 24 de febrero, cuando acudió a firmar el libro de condolencias por la muerte de Orlando Zapata, el opositor a la Revolución que murió tras una huelga de hambre, la metieron en otro auto chino y la enjaularon por dos horas.
–¿Es usted, en símbolos, la Sierra Maestra de la nueva Cuba rebelde?
–Soy una luchadora pacífica que está armada con la palabra. No creo en una nueva Sierra Maestra.
–¿Qué cambiaría en su país?
–La intolerancia. Es asfixiante. Hay un falso dilema de cambiar el socialismo al capitalismo. Pero aquí ni siquiera hay socialismo, sino que hay un socialismo de Estado.
–¿Y lo que se dice de la educación y la salud gratis?
–Si uno aquí emite una crítica, el gobierno te dice: “Cállate, coño, tienes educación y salud gratis”. Sí, pero no es de calidad. Antes, con el apoyo de la Unión Soviética, sí. Pero ahora no es sustentable.
–¿No hay nadie feliz en su país?
–Sí. Creo que hay un 10% que apoya al sistema. Y la verdad es que yo soy una persona que puede convivir con la pluralidad. El problema es que los militantes del Partido Comunista no pueden convivir conmigo.
–Usted escribe notas para otros países, ¿no le confiscan los reportajes?
–Puedo escribir cosas porque la visibilidad internacional me protege.
Yoani cree que difícilmente las autoridades le retengan los pensamientos y por eso persiste en opinar. Y aunque, una vez, Barack Obama la halagó, ella declara, enfática, que no es espía de la CIA.
–¿Y qué viene para Cuba?
–Me encantaría una Cuba liberal, que florezca la creatividad que tenemos contenida los cubanos. Y quiero que mis nietos escriban un blog sin susto.
–¿Usted tiene miedo?
–Yo no paro de tener miedo. Pero ya no hay vuelta atrás –aclara esta mujer que sólo se escapa de Cuba a través de su blog.
–Yoani, ¿es seguro que esta llamada está siendo intervenida?
–Es seguro. Pero tranquilo. No te pasará nada –y allí, de forma brusca, la comunicación se corta.
La historia de la publicación del libro
Cuba libre, primero, se publicó en italiano, en la editorial Rizzoli. Yoani Sánchez, encerrada en la isla, no tenía muchos contactos editoriales. Hasta que apareció la Argentina. Editorial Marea logró contactarse con ella a través de la periodista y escritora Cristina Civale. Ella conoció a Yoani en Cuba y le habló de la editorial. Pactaron de inmediato la publicación. En la editorial reconocen que han recibido críticas por publicar este libro anticastrista. “Hay gente muy cerrada con el caso cubano”, señala Constanza Brunet, la directora, quien, de paso, se confiesa contraria al bloqueo de Estados Unidos a Cuba, pero partidaria de que se restablezca la libertad en ese país. Sin embargo, como la editorial es pequeña y no puede solventar una publicación a nivel mundial, negoció con editoriales más grandes. En un mes, Cuba libre saldrá en España a través de Random House.
OPINIÓN
Enemigas íntimas
Sergio S. Olguín
Alguna vez fue bella, escritora prometedora y la más famosa intelectual cubana anticastrista. Hoy, Zoé Valdés es una escritora que nunca cumplió la promesa de escribir un gran libro, de su belleza quedan las fotos de otras épocas (que encabezan su blog) y su fama de militante anticastrista ha sido opacada por la aparición meteórica de Yoani Sánchez. La popular bloguera consiguió lo imposible: que Zoé Valdés haya encontrado a alguien a quien odiar más que a Fidel Castro. Porque Valdés no pierde oportunidad para hablar mal de su compatriota. La acusa de ser funcional al gobierno de Raúl Castro, la llama “la intermediaria”, la denuncia con palabras como “oportunista”. Detesta su popularidad internacional y critica a quienes la defienden o apoyan. En su blog (Zoevaldes.net) basta con poner en el buscador el nombre de su enemiga para que aparezcan textos como éste: “Soy de las que piensan –otros también esgrimen la misma opinión– que ella ha conseguido imponer una imagen natural, límpida, transparente, a pesar de su mirada y de su pelo a lo Celia Sánchez Manduley que recuerda demasiado al look revolucionario de antaño”.
Zoé Valdés no se banca que alguien desde adentro haya hecho más por mostrar la realidad de la isla que ella con sus novelas de lenguaje neutro desde el exilio parisino. En su blog, también hace juegos de palabras con el nombre del blog de Sánchez y titula una nota de uno de sus colaboradores como “Fascysmo de kulo se escribe con Y”. Qué soez, Valdés.