Para cuando Marta Cohen, patóloga y pediatra residente en Reino Unido, estaba poniendo el punto final en su libro sobre los aciertos y los desafíos científicos y políticos en estos dos años de la pandemia de Covid-19, apareció la variante ómicron, con una nueva ola de contagios de un virus que, una vez más, tomó por sorpresa a los gobiernos.
“No hubo un plan de comunicación y cada país comunicó lo que quiso, como pudo y cuando quiso. Hubo una gran influencia de la política en la comunicación de la gestión de la pandemia”, dice Cohen, en diálogo con LA NACION, horas antes de la presentación de su libro en el Colegio de Médicos de La Plata.
“Lamentablemente, la política influenció la salud pública y no siempre positivamente. En Reino Unido, como otros países, los gobiernos no sabían porque los científicos no sabían y, en muchos casos, dieron como veraz información sobre la que aún no había evidencia. Tememos que pueda pasar ahora cuando se habla de la pandemia que pasó”, sentencia al repasar los errores, los aprendizajes y los desafíos para la pospandemia al mirar para atrás. Destaca, en cambio, que “la ciencia fue muy eficaz” por la rapidez con la que se dispuso de información sobre el virus, los tratamientos y se dispuso de vacunas con respecto de otras pandemias.
Esos problemas de comunicación se enfrentaron con una demanda social de información con algo de previsión en medio de cuarentenas más o menos prolongadas, a tiempo o destiempo, como analiza Cohen, y la alteración de las actividades cotidianas, la educación y la producción. En su libro Un mundo en pandemia. Lecciones y desafíos del coronavirus (Marea Editorial), con prólogo de Silvia González Ayala, profesora titular de infectología de la Universidad Nacional de La Plata, también dedica capítulos al origen de las pandemias, las teorías sobre cómo surgió el SARS-CoV-2, la importancia de que los países tracen un plan de respuesta coordinado para próximas emergencias de salud pública y compara la gestión de la pandemia en los dos países que más conoce: la Argentina y Reino Unido.
Ahí vive desde hace unas dos décadas y, actualmente, es directora clínica y de los laboratorios de farmacia, diagnóstico y genética del Hospital de Niños de Sheffield. En un día, llegó a recibir 250 pedidos de entrevistas de medios de América Latina, Estados Unidos y hasta China para explicar u opinar sobre medidas oficiales, vacunas, tratamientos y surgimiento de variantes, entre otros temas. Lo atribuye a la confianza que logró cultivar en medio de la incertidumbre y la falta de respuestas.
“Por mi trabajo, en el que tengo que hablar sobre temas complejos con los padres, aprendí la importancia de llevar una conversación difícil de la manera menos difícil que sea posible porque la ansiedad de no saber genera estrés y altera la salud mental. Y así fue con la pandemia”, compara.
Temor
A finales de diciembre, en otra visita a la ciudad donde estudió medicina y volvió para presentar, hoy, su libro, anticipó a este medio: “Ómicron va a dominar”. Y, ahora, sigue con atención la subvariante XE, que en países del hemisferio norte otra vez aumentó las internaciones de los mayores de 60 años, aun vacunados. “Me da un poco de temor que se hable o se quiera instalar en la población la idea de ‘la pandemia que pasamos’ cuando hay que seguir haciendo testeos, sostener la vigilancia genómica para detectar y monitorear a las nuevas variantes y reforzar la vigilancia epidemiológica para poder tomar medidas rápidamente si es necesario y no cometer los mismos errores por perder tiempo. La OMS reconoció que febrero de 2020 lo perdió en burocracia”, indica Cohen.
La disponibilidad de vacunas, el avance en el conocimiento de qué tratamientos son efectivos, la transformación del Covid-19 en una afección de las vías respiratorias altas y la disminución de la cantidad de personas con enfermedad grave y fallecidos mejoró el escenario, aunque para la especialista hay varios mensajes para no perder de vista con el último aumento de contagios en países de Europa y en Estados Unidos, con el desplazamiento social por la guerra en Ucrania, donde menos del 35% de la población “del corazón de Europa” tiene la vacunación antiCovid al día y hay regiones, de donde han surgido variantes, como delta, también con muy bajas coberturas de vacunación. En el proceso de recuperación de los países, para Cohen no hay que dejar de insistir en las medidas de prevención y la vacunación, hay que mantener un sistema de vigilancia activo y no repetir los errores de comunicación.
Si algo no podía faltar era un capítulo sobre la gestión de la pandemia en la Argentina. El texto la va comparando con la de Reino Unido, en lo que la autora considera que se podría extender a las diferencias entre países del hemisferio norte y la región. “En Reino Unido, la cuarentena se declaró tarde y, acá [por Argentina], demasiado temprano –pone como ejemplo–. De hecho, ocurrió antes acá que en Reino Unido, pero fue muy estricta, tanto que la gente no podía salir ni hacer compras, cuando se sabía que hacer actividad física al aire libre, como caminar, mejoraba el espíritu y la salud mental. Quizás era necesario, pero fue tan estricto innecesariamente. En junio de 2020, para el pico de contagios, la gente ya estaba harta. Y es cierto que hubo educación online, pero las escuelas de los barrios con más carencias no estaban preparadas y en muchas familias había un solo celular para que los chicos pudieran seguir las clases.”
Cohen cita que, antes de la pandemia, había un 40% de los niños que estaban por detrás de la escolarización con respecto de los barrios de ingresos medios o altos. Esto no es para buscar culpables –señala sobre el análisis que va trazando en el sexto capítulo de su libro–. Sino para poder mirar dónde hay que empezar a invertir y una prioridad es la educación.”
Otra, apunta rápidamente, es una secuela que puede afectar a la población en edad productiva y el rendimiento escolar. “Esto es mundial: la gente está cansada de la pandemia y muchos de los anuncios que hacen [las autoridades] es por la necesidad económica real de recuperación. Pero hay algo a lo que aún no se le presta la debida atención: el Covid prolongado –apunta–. Sabemos que un 30% de las personas que enfermaron, sobre todo si tuvieron la forma grave, puede desarrollar distintas complicaciones durante meses o por tiempo que aún desconocemos, como deterioro cognitivo que impida la concentración y esto, en un trabajo que demande alta concentración, es riesgoso. Por eso, ahora, hay que invertir en investigar el Covid prolongado y cómo lo tratamos.”
En la agenda de Cohen, ya está reservado el 14 de mayo próximo, a las 18.30, para la presentación en la Feria del Libro del texto que publicó con la colaboración de los periodistas Pablo Morosi, Claudia Cohen y Sandra Di Luca. Este jueves, a las 18.30, habrá una presentación virtual, con acceso libre e inscripción aquí, que organiza la Fundación Casa Museo Bernardo Houssay.