La tarea de ejercitar la memoria es siempre reveladora. Aída Bogo de Sarti es migrante, trabajadora y parte de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
En conversación con Virginia Giannoni, reconstruye escenas de su historia que se hilvanan y tejen un tapiz de sentidos: la casa abierta, la conciencia de clase, el impulso por la libertad, el trabajo como eje, la antena parabólica para entender lo que pasa y por dónde caminar.
“Todas las luchas están conectadas. Todas las injusticias terminan siendo la misma”, dice Aída.
En sus noventa años de lucha, compromiso y afectividad política, resume el mapa de las injusticias y también la trama colectiva que sostiene y ampara. Aída nació en Buenos Aires pero fue criada en el campo, en España, y volvió siendo una niña. Trabajó desde la adolescencia, y formó parte del Sindicato del Vestido en plena lucha por el aguinaldo. Armó su propio taller de costura, se casó y tuvo dos hijas.
Cuando su hija Beatriz Sarti desapareció –el 17 de mayo de 1977– se encontró caminando en Plaza de Mayo con quienes serían, hasta hoy, sus compañeras.
En la casa de Madres desde un principio se ocupó del archivo, de los libros y las fotos, de hacer y cuidar las pancartas, de imprimir los afiches y folletos, de ir llenando la pared con “las fotos de los chicos”. Aída siempre fue el corazón de la casa de Madres para recibir a estudiantes y periodistas, o a familiares necesitando conocer más de su historia.
Este trabajo fue construido en base a testimonios de Aída tomados por Virginia Giannoni a lo largo de quince años.