“Volver de la guerra es reconocer, sin ganas, al extraño que te habitaba y obedecer a la estricta crueldad de las simetrías”, conjetura el narrador de El teniente. Último prisionero de Malvinas (De los Cuatro Vientos), primera novela del escritor Marcelo Passano (Buenos Aires, 1961) que se suma a la biblioteca sobre la guerra de Malvinas compuesta por ficciones, ensayos, investigaciones periodísticas y testimonios. Basada en una historia real protagonizada por un oficial de la Armada, El teniente combina el registro documental con el thriller. En la novela tiene lugar el asesinato de una joven meses después del final de la guerra, en 1982.
“Mi relación con Malvinas fue y es muy cercana -dice el autor a LA NACION-. La guerra se inició cuando hacía seis meses que había terminado la colimba y a los conscriptos que estaban embarcados en el rompehielos Almirante Irízar los conocía porque fueron la tanda que nos sucedió. En aquellos días sentí que el hecho de recuperar las islas era algo justo y creo que la mayoría se lo tomaba así. El día que Galtieri salió al balcón de la Rosada, la gente que se juntó en la Plaza de Mayo no estaba apoyando al presidente de facto sino a la recuperación de Malvinas y eso sucedió de manera espontánea; no había banderas de partidos políticos ni de alguna agrupación identificable. Lo viví de cerca, estaba ahí, por lo que tengo esas sensaciones y certezas muy claras”.
La novela, además de registrar aquel “clima de época”, denuncia el asedio de los altos mandos militares a quienes se negaban a acatar el “pacto de silencio” sobre lo que había ocurrido en las islas. “El hecho inicial y central de la situación vivida durante el conflicto por el teniente me los contó quien protagoniza la novela -dice Passano-. Ahí ni siquiera tuve que buscar información: era de primera mano. Ese es el puntapié inicial; por lo demás, hay generalidades ciertas y narrativa ficcionada”. Se citan documentos que fijan las fechas clave del conflicto bélico. “Me pareció una buena forma de encuadrar las acciones en tiempos ciertos y precisos”.
Durante la guerra, el protagonista había estado a cargo de un destacamento en las islas Sándwich del Sur. Tras el crimen, está detenido en la unidad penitenciaria de Batán. “Acá y allá tenés tiempo de sobra para hablar. Uno habla bastante... casi de más; sin embargo, por mucho que hables, lo hacés hasta ahí”, le confiesa Mariano a un compañero de prisión.
Para el autor, la sociedad argentina ha valorado y reconocido a los excombatientes. “Ahora, a mayor distancia, se puede analizar cómo se hizo, si fue oportuno o las chances reales que teníamos -plantea sobre el conflicto bélico-. La declaración de guerra siempre es decisión de unos pocos, pero se llevó a cabo y salió como salió: fatal. Es importante recordar que en los primeros años posguerra sobrevino una desmalvinización que fue un intento de borrar la tragedia de la memoria colectiva con responsabilidad de los poderes tanto militar como político. Pero la sociedad no olvidó. Casi ocho años pasaron hasta que se les reconoció una pensión a los excombatientes, una locura a la vez que una muestra clara de una intención por ‘saltear’ el hecho doloroso. Todo eso sin profundizar en las heridas físicas, morales y afectivas de los que volvieron y de las familias y seres queridos de los que no volvieron”.
“Cuando la terminé, no esperé los tiempos dilatadísimos y caprichosamente selectivos de las editoriales, las monopólicas y las pequeñas, por lo que hice una edición de autor: puse plata -cuenta Passano, que firmará ejemplares de su novela en la Feria del Libro de Buenos Aires el 8 de mayo-. Elegí De los Cuatro Vientos porque tienen más veinticinco años en este quehacer y respondieron de manera muy seria, profesional, con plazos y valores razonables. Mi proyecto inmediato es difundir el libro, que se conozca esta historia y mostrar mi narrativa. Si miro un poco más allá, diría que da para hacer una película o una miniserie muy atractiva, que despierte mucho interés y hasta debate tanto en lo literario como en lo audiovisual”.
Esquirlas en la memoria. Una crónica de la identificación de los soldados NN de Malvinas (Marea) documenta la lucha de excombatientes y familiares de soldados caídos en Malvinas para lograr la identificación de los jóvenes sepultados sin nombre en el cementerio de Darwin, emplazado por el coronel británico Geoffrey Cardozo tras el final de la guerra. Escrito a cuatro manos por dos mujeres de distintas generaciones, la licenciada en Periodismo Gabriela Naso (Quilmes, 1992) y la investigadora y docente Victoria Torres (La Plata, 1968), el trabajo aborda los esfuerzos del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (Cemim) La Plata y reconstruye casos de sobrevivientes y muertos en el conflicto.
“La idea surgió de nuestro contacto con los excombatientes del Cecim La Plata; algunos de ellos son sobrevivientes de la batalla del Monte Longdon -dice Naso a LA NACION-. Las dos somos parte del colectivo del Cecim La Plata y hace años que aportamos a la causa Malvinas. En mi caso, desde el periodismo y la realización audiovisual; en el de Vicky, desde la literatura”.
Se conocieron en 2022. “Coincidimos en la importancia de contar esta historia desde una perspectiva de derechos humanos, de rescatar la lucha de estos excombatientes y familiares, que fue clave para lograr la identificación de sus compañeros caídos y que fue silenciada. El pedido de identificación de los jóvenes sepultados sin nombre en Malvinas fue atendido por el Estado argentino décadas después de la guerra, y permitió devolverle la identidad a 121 combatientes”. Aún quedan caídos por identificar y familias cuyas muestras aportadas al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) no coinciden con los restos exhumados.
El libro recoge testimonios de familiares y excombatientes, y narra con emoción contenida la experiencia bélica y el regreso de Malvinas de los jóvenes. “Había una confianza que permitió que las entrevistas fueran en profundidad y afloraran relatos íntimos y crudos -señala Naso-. En varios casos, mantuvimos un diálogo frecuente a lo largo del tiempo que duró el proceso de escritura. La relación con Norma Gómez, hermana del soldado Eduardo Gómez y a quien está dedicado el libro, era similar. Fue inmensamente generosa abriéndose a contar su historia, brindando información y haciendo de puente con otros familiares. A Blasa Reyes Lobos también la conocía de antes y la consulté en varias oportunidades”.
“En el caso de los excombatientes, aparece un sentimiento de deuda eterna de los sobrevivientes con sus compañeros caídos, a muchos de los cuales ellos mismos enterraron en los campos de batalla y a quienes llevan como esquirlas en la memoria, y la necesidad de devolverles la identidad, señalando la responsabilidad de las Fuerzas Armadas por no proporcionales algo tan básico como una chapa identificatoria, y de que se juzguen los abusos, tormentos y amenazas que sufrieron por parte de sus superiores en las islas”, agrega.
Hubo falta de información durante y después del conflicto, y persecución por parte de las Fuerzas Armadas para “silenciar” los efectos del conflicto. “Durante años, muchos familiares esperaron el regreso de sus seres queridos -dice Naso-. También había una necesidad de conocer la verdad, de saber cómo habían muerto y dónde estaban sus restos. El proceso de identificación arrojó certezas y trajo paz a los deudos, y posibilitó nuevas formas de transitar un duelo que había quedado en suspenso. Hay un agradecimiento muy grande por parte de los familiares hacia los antropólogos, en especial los integrantes del EAAF, por el trato respetuoso y el cuidado que tuvieron con los restos de sus seres queridos y hacia ellos”.
Esquirlas en la memoria contribuye a pensar Malvinas desde una perspectiva de derechos humanos, en el contexto de la última dictadura. Torres tenía quince años cuando comenzó la guerra. “Muchos conscriptos eran mis vecinos en La Plata, mis compañeros -recuerda-. Sus vidas quedaron suspendidas en ese momento. Gabriela nació diez años después de la guerra, y tuvo un acercamiento diferente al hecho. En el libro se evidencia el diálogo intergeneracional de dos mujeres, con una ‘escucha’ que pasa por lo femenino, al haber seguido esas historias con comprensión como lo habían hecho madres, hermanas, novias”.
El jueves 18 se presentará en el Museo Malvinas (Santiago de Calzadilla 1301) el volumen de entrevistas Nuestras mujeres de Malvinas. A cuatro décadas de la guerra (Leamos), de Beatriz Reynoso y Silvia Cordano, que recoge testimonios de las mujeres que acompañaron y vivieron, durante y después del conflicto, el drama de la guerra. Las once entrevistadas del libro digital son madres, hijas (una es la artista Elina Carullo), esposas (la artista Rosana Fuertes), hermanas, profesionales de la salud, una antropóloga del EAAF, una esposa y una mujer que en 1982 era una adolescente que enviaba cartas a los soldados. Una de ellas estuvo en el rompehielos Irízar y otra fue la única mujer que pisó las islas durante el conflicto. “Abarcamos todo el arco de mujeres”, dice Reynoso, hermana de un veterano de guerra.
Las autoras contaron con el apoyo del actual director del Museo Malvinas, Esteban Lamadrid; el exembajador argentino en el Reino Unido, Javier Figueroa, y la exembajadora argentina ante Naciones Unidas, Marilita Squeff; Marlise Ilhesca, de Fundación Foro del Sur, en cuya sede se realizarán encuentros de reflexión sobre el tema; la Fundación No Me Olvides, de Mar del Plata, y el EAAF. La presentación del libro será acompañada por una proyección de retratos de las entrevistadas hechos por Gabriel Machado. El prólogo es de Geoffrey Cardozo, que acompañó la búsqueda de los familiares. “En un país con divisiones de todo tipo, la causa de Malvinas une a los argentinos”, concluye Reynoso.
Por último, el 26 de este mes, a las 18.30, en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires se presentará en la Sala Horacio González el nuevo trabajo del bioquímico, oficial retirado de la Armada e historiador Francisco M. Goyogana, De la revolución a la guerra en el río de la Plata y el Atlántico Sur. Anamnesis (Claridad).
El autor revisa la historia de la Argentina en relación con acontecimientos de Europa y del resto del continente americano; para ello, recurre a diversos archivos, documentos y bibliografía de distintas latitudes. Se incluyen las investigaciones del autor sobre la presencia y las ambiciones británicas en las costas locales, ya mucho antes de que existiera el Virreinato del Río de la Plata. En el “Epílogo para ingleses” se refiere a la necesidad de trazar un camino para la resolución del conflicto con el Reino Unido y aporta documentación (inglesa, en gran parte) que sustenta la soberanía argentina sobre los archipiélagos australes.
En la Sala Pública de Lectura de la Biblioteca del Congreso de la Nación (BCN, Hipólito Yrigoyen 1750) se expone la muestra Malvinas que recorre la vida diaria durante el conflicto, tanto entre los soldados como en sus familias, a través de fragmentos de cartas, además de la situación del gobierno de facto, las posturas diplomáticas de diversos países y las consecuencias que tuvo la guerra en las islas.
El guion historiográfico sobre el conflicto se hizo con material de las hemerotecas de diarios y revistas de la BCN. Gracias al aporte del Centro de Documentación Epistolar, se pueden leer extractos de las cartas que viajaban desde diferentes puntos de nuestro país hacia las islas del Atlántico Sur.
Las cartas de los soldados muestran la parte más profunda de la guerra, los detalles del día a día, el desasosiego de madres y padres, las promesas de encuentros con amigos, las encomiendas que no llegaban, las palabras de aliento y los deseos infinitos de volver a encontrarse.
La muestra se puede visitar de lunes a viernes, de 8 a 23, y sábados y domingos, de 10 a 20, en la Sala Pública de Lectura (hay que llevar documento de identidad para ingresar).
Hoy, en la sede del Museo Malvinas (Santiago de Calzadilla 1301) se harán varias actividades en conmemoración del Día del Veterano y de los Caídos en la guerra, con entrada libre y gratuita. A las 10.30 se izará la bandera argentina y luego se compartirá una chocolatada. Participará el grupo de folklore Los de Iriarte.
De a 11 a 18, se ofrecerán actividades accesibles y participativas para toda la familia y se podrán visitar las exposiciones fotográficas de la editorial Taeda que, entre otros títulos, ha publicado Malvinas, un reportaje visual.