Luis Cappozzo es el jefe del laboratorio de Ecología, Comportamiento y Mamíferos Marinos de este Museo, con sede en el Parque Centenario.
En esta primera parte hace foco en un tema crucial para la preservación de nuestro planeta: el cuidado de los océanos. “Ya no se trata de solo una cuestión de responsabilidad, sino de supervivencia”, subraya Cappozzo.
El océano genera la mayor parte del oxígeno que respiramos, nos proporciona alimento, modera nuestro clima, limpia el agua que tomamos, ofrece toda una farmacopea de medicinas potenciales para la cura de enfermedades.
El reciente desastre ambiental ocasionado por el derrame de petróleo en el golfo de México ha puesto al descubierto el peligro que puede ocasionar la contaminación de los océanos. Le preguntamos a Luis Cappozzo acerca de la penalización para los responsables, y cómo se explica la enorme desprotección del área marina cuando el 70% de la superficie del planeta está ocupado por agua (en forma de océanos y mares) y las profundidades marinas son el mayor ecosistema de la Tierra.
Luis Cappozzo se refiere al marco normativo global de protección del área marina, y a lo que puede hacer cada uno por el cuidado de los ecosistemas marinos.
La contaminación no es el único problema que ha causado el hombre en los océanos: “En millones de años de evolución de la Tierra nunca se destruyó tanto como en solo unos decenios lo hizo el hombre”, sostienen en la película Océanos (2009). Luis Cappozzo reflexiona sobre la excesiva explotación de los recursos marinos –incluida la caza y la pesca– y el mal uso que de ellos hizo el hombre a lo largo de la historia.
También nos sugiere algunas ideas sobre lo que se podría hacer en las escuelas por el cuidado de los mares. Un punto de partida fundamental para que las nuevas generaciones puedan cambiar las costumbres y las leyes de preservación del planeta Tierra.