Los grupos evangélicos tuvieron en los últimos años un crecimiento exponencial en todo el continente americano y lograron consolidarse como una nueva fuerza política y social. Los pastores han logrado ocupar importantes puestos en el gobierno de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Estados Unidos, entre otros. Además son dueños de grandes medios de comunicación, tienen una fuerte base territorial entre los sectores populares con una estructura descentralizada que los acerca a la gente y los hace imposibles de fiscalizar.
Desde MDZ Radio dialogamos con Ariel Goldstein, doctor en Ciencias Sociales e investigador del CONICET. Además es el autor de "Poder evangélico. Cómo los grupos religiosos están copando la política en América" dónde hace un análisis profundo de cómo esta religión carismática logró penetrar la vida política del continente.
La iglesia evangélica ha avanzado fuertemente en los últimos años sobre la vida política latinoamericana y en EEUU. Las presidencias de Jair Bolsonaro en Brasil, Donald Trump en Estados Unidos son dos casos de éxitos de cómo se vinculan los pastores evangélicos con el poder y la enorme llegada que tienen sobre la gente. A esto se le suman los numerosos pastores evangélicos en puestos de ministros, "decidiendo sobre educación" en Paraguay con Mario Abdo Benítez. Y también "la vuelta de la biblia al palacio" con Jeanine Añez Chávez en Bolivia.
En los últimos 50 años se ha producido un declive de la fe católica en la región. En los años 60, el 94 % de la población latinoamericana se identificaba como católica, pero en 2014 esa cifra ya se había reducido al 69 %, mientras que la proporción de evangélicos pasó del 9,0 % al 19 %. En un contexto en el que muchos católicos se alejan de la iglesia por la figura antipática de Ratzinger, otras manifestaciones religiosas se muestran más cercanas a la gente. El pentecostalismo que es una rama del evangelismo dominante recupera una visión más carismática, pero en cierto sentido también más pragmática apunta Goldstein. "Mientras más dinero vos le das a la iglesia, más esto se refleja en tu vida cotidiana".
Atendido por sus propios dueños
Si bien casi todas las religiones tienen uno u otro vínculo con el poder: los católicos, judíos, musulmanes, etc. En el caso de los evangélicos es un poco distinta. Por un lado, la política ya no ocupa un lugar en lo terrenal, sino que para los pastores se hace imprescindible ocupar lugares de poder para moldear la nación según principios evangélicos. Y luego porque si hay un elemento distintivo es que no tienen una estructura jerárquica y centralizada como ocurre con el Vaticano. En este sentido, los pastores mantienen una estructura abierta de pequeñas y medianas iglesias en los territorios dónde no hay un poder, una autoridad que los nuclea a todos como sucede con el Papa Francisco. Este formato no sólo resulta más cercano a la gente, si no deviene en una mayor dificultad a la hora de fiscalizar su recaudación.
Un costado peligroso de este tipo de construcciones de poder atado a la religión, señala el sociólogo, es que son un riesgo para la democracia.
No tan distintos
Aunque no se trata de los enfrentamientos bélicos de Oriente Medio, hay una gran rivalidad entre católicos y evangélicos. En el caso de Brasil, los viajes del Papa Francisco nos muestran algunos de esos puntos. Goldstein explica que en la visita al país carioca el pontífice realizó un discurso "más abierto en temas de homosexualidad" que generó tensión con los pastores más bien conservadores en estos temas. También es destacable su intento por permitir que hombres casados en el amazonas pudieran igual impartir misa, en el norte de Brasil donde los evangélicos por su "plasticidad para moverse en el territorio, son muy fuertes".
Ahora bien, no en todos los asuntos están en desacuerdo. Los católicos más conservadores y los evangélicos se unen en posiciones que consideran comunes. Tal es el caso de la despenalización del aborto en el 2018 en Argentina, señala el Doctor en Ciencias Sociales donde se agruparon tras el pañuelo celeste.
En el caso de EEUU, desde la presidencia de Ronald Reagan se han vinculado los evangélicos blancos al partido republicano. Actualmente este vínculo sigue intacto y creciendo. Todo indica que los evangélicos que apoyaron en el 90% a Donald Trump, lo volverán a hacer el próximo noviembre. Una prueba de ello fue lo sucedido tras el fallecimiento de Ruth Bader Ginsburg, una jueza progresista de la Suprema corte y referente de la lucha por la igualdad de género. Donald Trump anunció que será reemplazada por Amy Coney Barrett. Ella es una mujer católica, integrante de una red de comunidades cristianas denominada "People of Praise" y ferviente detractora del derecho al aborto. Estos elementos de apoyo entre republicanos y los pastores evangélicos favorecen una mayor polarización. De esta manera, los demócratas son izquierdistas, socialistas, incluso satanás y los republicanos serían "blancos evangélicos que resguardan la verdadera identidad norteamericana".
En Argentina no hay un caso de éxito tan rotundo como en Brasil, pero tampoco una casi nula participación de la vida política como en Uruguay. El sociólogo señala que en nuestro país el poder evangélico ha conseguido colocar pastores en lugares importantes de la intendencia de La Matanza. Tienen peso en el conurbano porque se han expandido al calor de cuestiones como la pobreza o el narcotráfico. Por eso, dice que estamos a medio camino entre Brasil y Uruguay. En el primero, el evangelismo se ha expandido de manera muy exitosa en la política y en Uruguay es todo lo contrario. En el país oriental el declive del catolicismo no ha redundado en un crecimiento de los evangélicos sino más bien de los ateos, agnósticos o no religiosos.
A pesar de que la expansión territorial del evangelismo en Argentina es fuerte, no pareciera que va a traducirse por lo pronto en un partido o estructura similar. De hecho si miramos las últimas elecciones a la fórmula Gómez Centurión- Cynthia Hotton no les fue muy bien ya que sacaron poco más que el 1%.