"Lejos de representar un fenómeno imprevisible, el ascenso de Jair Bolsonaro se encuentra enraizado en la historia de Brasil. A su vez, lo precede el triunfo de Trump en Estados Unidos y las extremas derechas en Europa. Sin embargo, sus características son únicas y lo convierten en un fenómeno inédito, fruto de un electorado con un fuerte rechazo a la política a consecuencia de las graves denuncias de corrupción contra los gobiernos anteriores, desconfiado de los medios tradicionales y seducido por el estilo “políticamente incorrecto” del ex militar, que no duda en hacer declaraciones en defensa de la tortura, la pena de muerte, la homofobia, la misoginia y el racismo. Una “extrema derecha pop” que se vale de simbologías creativas y graciosas en las redes y que tiene, en su base, un profundo vínculo con los militares y con sectores fundamentalistas religiosos."