¿Cómo puedo hacer para unir en la misma persona a mi papá y al Dr. K?”. Esta es una de las preguntas a partir de las cuales se desarrolla buena parte de Llevaré su nombre. La hija desobediente de un genocida. El papá de la autora es Eduardo Kalinec, comisario retirado de la Policía Federal, condenado en 2010 a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar de Argentina. “Dr. K” es el pseudónimo con el que lo nombraban en donde cumplía su labor como secuestrador y torturador. Maestra, psicóloga y estudiante avanzada de Derecho en la UBA, Kalinec hija ignoró el pasado oculto de su padre hasta que él fue detenido en 2005 para ser juzgado por los crímenes que había cometido como parte del aparato represivo del Estado. A partir de ese momento, ella comenzó un viaje sin retorno que la llevó a buscar no sólo la verdad, sino también a exigir justicia por los delitos cometidos por su progenitor. En ese recorrido conoció a otros hijos e hijas y familiares de genocidas y con ellos/as fundó en 2017 el Colectivo Historias Desobedientes, que defiende las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Analía Kalinec hace uso de fragmentos de su diario íntimo, citas de expedientes judiciales, archivos periodísticos y cartas abiertas escritas por ella misma, para dar cuenta de ese periplo que la movió del lugar de “no saber” hacia una verdad tremendamente dolorosa. Se trata de la constatación no sólo de la participación activa de su progenitor en los centros clandestinos de detención, sino de que el horror continúa en el pacto de silencio feroz que mantienen los genocidas sobre el destino de los/as desaparecidos/as y de los bebés robados. En las páginas de este libro expone sin tapujos su historia íntima, los sentimientos contradictorios que todavía mantiene en relación a su padre y a buena parte de su familia, la forma radical en que su vida cambió y las opciones políticas que la llevaron a convertirse en una militante por los derechos humanos.