"La Federación se creó con el objetivo de defender los intereses de los colonos explotados por la oligarquía terrateniente, ese fue su rol histórico, su mandato fundacional. Aunque su historia sufrió muchos vaivenes, no fue para nada lineal, hasta que don Humberto Volando, a principios de la década de 1970 del siglo pasado, la ancló definitivamente como la pata agraria del campo nacional y popular. Este proceso terminó abruptamente en el 2008 cuando, a partir del conflicto por las retenciones móviles, la FAA cambió su perfil para transformarse en lo que es hoy: una fuerza de choque al servicio de sus enemigos históricos", sentencia el dirigente de la agrupación Grito de Alcorta, Pedro Peretti, en el prefacio de su último libro, que lleva el lapidario título de La Federación Agraria Argentina. De los orígenes a la traición, que forma parte de la colección Pasado imperfecto, de Marea Editorial.
Oriundo de Máximo Paz, provincia de Santa Fe, se define en sus redes sociales como escritor y chacarero, Peretti argumenta sus posiciones parado desde el campo nacional y popular. Afiliado a la FAA desde hace más de 45 años, ingresó a su comisión directiva como director titular en 2009, tras el conflicto por las retenciones. Aunque tuvo un protagonismo destacado en la organización en aquellos, asumió una mirada crítica sobre su evolución y las consecuencias de su vínculo incondicional con las entidades que conforman la Mesa de Enlace desde hace ya 14 años.
“La Resolución 125 fue concebida con un error matemático y ponía a todos en la misma bolsa, entonces no había segmentación. Así los grandes productores aprovecharon para mimetizarse con los pequeños", analizó el productor en 2018, al cumplirse una década de aquellos acontecimientos, en declaraciones a la agencia de noticias de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UBA.
Admitiendo sus diferencias con el rol de la FAA en el conflicto pero también lo controvertida de las medidas, suele decir que la Mesa de Enlace era "un instrumento para coordinar la lucha" y al mismo tiempo cuestiona qué tenía que hacer en ese espacio la entidad de los pequeños y medianos chacareros una vez terminado el conflicto. Por eso, Peretti celebró cuando en 2015, la conducción de Omar Príncipe intentó imprimirle a la entidad un accionar independiente de la Mesa de Enlace (sin éxito duradero).
"El subarrendador es una figura clave para entender el proceso colonizador agrario argentino y para desentrañar las causas del Grito de Alcorta y la fundación de la FAA. Es el factor determinante que explica por qué pasaron tantos millones de inmigrantes por Argentina y muy pocos se hicieron propietarios de las tierras trabajadas. “[...] fueron necesarios cincuenta y ocho años, los que van de 1856 a 1914, y que pasaran tres millones de inmigrantes, para que se constituyeran apenas 76 212 chacras, y solo 24 658 eran trabajadas por sus propios dueños", grafica el autor, citando a Gastón Gori (El pan nuestro, 2002).
A modo de contraste, resalta que "en ese mismo período histórico, Estados Unidos radicó a cinco millones de farmers y Francia tenía seis millones de campesinos. El transformar inmigrantes en pequeños propietarios es lo que explica la industrialización y desarrollo norteamericanos. Esto les permitió generar un poderoso mercado interno que fue el motor de su industrialización. Acá solo se generaron arrendatarios misérrimos y terratenientes ociosos, enemigos de cualquier reforma y solo preocupados en gastar su fortuna en el extranjero. El latifundio y su beneficiario, la oligarquía terrateniente, son la causa de nuestra industrialización tardía e incompleta".
Peretti se propone, con La Federación Agraria Argentina... contribuir al debate rural, "para comprender cómo se va conformando la estructura productiva de la Argentina y su representación gremial", tareas que considera imprescindibles "para entender el mecanismo de producción de alimentos en nuestro país" porque "la relación tierra, propiedad y quien la trabaja, hace a la producción y al precio de los alimentos que consumimos todas las personas que habitamos este suelo".
"También es un punto de partida para entender y medir la profundidad de la traición de una entidad que nació para defender a los desheredados de la tierra, y termina al servicio de los sectores que debía enfrentar", agrega, en una crítica sin concesiones hacia quienes conducen los destinos de la FAA.