El avance del covid desestabilizó en 2020 miles de millones de vidas en todo el mundo, que se replegaron durante meses en sus casas, desconectados de los intercambios habituales con los suyos. Pero en el caso de la médica argentina Marta Cohen, el movimiento fue el inverso: su vida profesional como patóloga pediátrica y académica en el Reino Unido giró hacia la máxima visibilidad y popularidad cuando los medios nacionales la descubrieron en el corazón del universo científico que luchaba por encontrar una vacuna. “Llegué a brindar 25 entrevistas en un solo día”, dice ahora a Ñ, de visita en Buenos Aires, donde presentó su libro Un mundo en pandemia.
La labor divulgativa de Cohen no es nueva. De hecho, por sus servicios a la Corona, recibió en 2020 el título de oficial de la Orden del Imperio Británico, en reconocimiento a su trabajo sobre la muerte súbita del lactante. “Antes que nada, soy una persona que educa”, dice aunque en su trayectoria se acumulan méritos más allá de lo pedagógico.
Directora Clínica de Farmacia, Diagnóstico y Genética del Hospital de Niños de Scheffield, miembro de la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas, integrante de la Sociedad Europea de Patología y directora del Programa de Fellowship de su área en esa misma institución, además de líder académica del Royal College of Pathologists.
Es esta argentina graduada como médica en la Universidad Nacional de La Plata quien se convirtió en la primera mujer en Inglaterra en ser nombrada profesora de Patología Pediátrica.
No terminó
Si hay una idea en la que Cohen insiste, en el libro y en este intercambio, es que la pandemia no terminó: “Es muy importante la comunicación que emiten los Gobiernos. En la Argentina, se habla de la pandemia ‘que pasamos’. Y los que estamos cansados, por supuesto, queremos escuchar discursos de este tipo, porque queremos estar más relajados. Pero eso no es así", dice.
Y agrega: "El mensaje tiene que ser que la pandemia sigue y, que si bien es cierto que estamos mejor, hay que reforzar la acción de responsabilidad de cada uno. En eso, son claves la vacunación y el desarrollo de la ciencia, pero además nos tenemos que seguir cuidando y siendo vigilantes. Esos tienen que ser los mensajes”, puntualiza.
Marta Cohen es segunda generación de médicos: sus padres ejercían en el Hospital de Trenque Lauquen, donde ella nació, a más de 400 kilómetros de Buenos Aires. Es por eso que, parte del dinero que reciba en concepto de derechos de autor y de ventas de Un mundo en pandemia será donado a las salas de pediatría del hospital de esa ciudad bonaerense, que llevan el nombre de su padre.
Al analizar la reacción argentina ante la llegada del covid, Cohen es clara: “La lucha contra la pandemia aquí fue demasiado estricta, empezó muy temprano y duró demasiado tiempo. Hay chicos que aún no volvieron a clases presenciales y eso afecta su educación. La gente todavía sigue trabajando desde la casa, porque adoptó ese método como nueva modalidad”, cuestiona.
No es menos rigurosa cuando analiza lo actuado por el Reino Unido. “Al principio, había una creencia de que todos iban a tener inmunidad. Por eso, la cuarentena se declaró más tarde, los distanciamientos sociales se demoraron y tampoco se usaba la máscara adecuadamente. Faltó un poco de cautela. Pero así como está ese panorama, también hubo aciertos como las ayudas a los negocios para que no se vieras forzados a cerrar”, matiza.
De hecho, ella conoce bien esa situación porque su hijo requiere de la asistencia permanente de personal especializado y la pandemia complicó las cosas: “De los cinco cuidadores, decidí quedarme con dos y al resto les pedí que se quedarán en sus casas, pero pude pagarles el 80 por ciento de salario. Además, el gobierno motivaba a las personas a que salieran a caminar, algo que no sucedía en otros países. Eso estuvo bien”, recuerda.
Alerta por los protocolos
Ahora, frente al desmantelamiento de los protocolos tanto aquí como allá, Cohen es clara: “Es un error porque el covid no terminó, podríamos decir que pasó la peor parte –si es que no aparece una nueva variante que sea resistente a las vacunas que tenemos–. El secreto para terminar con la pandemia no es solo la vacunación, sino ralentizar la transmisión del virus. Y si el positivo sale a contagiar, eso no va a suceder”.
Para la patóloga la pandemia pudo haberse prevenido: “Recordemos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo una autocrítica muy fuerte y reconoció que se perdió un tiempo precioso. En síntesis, lo que falló es que no hubo un control epidemiológico adecuado que nos permitiera detectar la aparición de nuevos microorganismos y la distribución tan rápida en el mundo. La lección es que debemos hacer continuamente análisis epidemiológicos porque, si tenemos la mala suerte de que surja una nueva variante resistente a las vacunas, vamos a llegar tarde otra vez”.
–¿Cómo va a evolucionar esto?
–No hay dudas de que esta pandemia va a terminar en 2023, cuando África esté vacunada. Pero corremos el riesgo de que mientras se vacuna África, surja una nueva variante resistente a las vacunas. Las dos primeras dosis no alcanzan para combatir la subvariante Ómicron. Por eso, el riesgo es que estemos conteniendo a los virus sensibles a las vacunas y dejando que aquellos que puedan parecer resistentes tengan vía libre. Sin dudas, habrá otras pandemias, existen desde hace 10.000 años y pasan cada 100. Lo importante es que la OMS esté preparada para sobrellevarlas.