Cristina Fernández de Kirchner eligió una audiencia simbólica como forma de despedida tras cuatro años como Vicepresidenta de la Nación. A cargo del Poder Ejecutivo -Alberto Fernández se encontraba de viaje en Brasil- recibió a las autoras de un libro dirigido a adolescentes en el que se narran 13 historias de nietos restituidos por Abuelas de Plaza de Mayo.
La propia Vicepresidenta difundió el viernes algunos detalles de la reunión que se realizó mientras en el recinto juraban los nuevos senadores nacionales. Entre ellos justamente prestó juramento Eduardo "Wado" de Pedro, el primer hijo de desaparecidos de la última dictadura militar que ocupará una banca en la cámara alta, a diferencia de la cámara de Diputados donde por el kirchnerismo ejercieron funciones nietos e hijos de desaparecidos como Horacio Pietragalla, Juan Cabandié, De Pedro y Victoria Donda.
En un palco acompañó a De Pedro el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, mientras en otro estuvo Victoria Villarruel, vicepresidenta electa.
A la misma hora Cristina Kirchner recibía a varias víctimas del terrorismo de Estado y del llamado Plan Sistemático de Robos de Bebés, una causa que la Justicia investigó durante 10 años y por la que, tras un juicio emblemático, se condenó entre otros a Jorge Rafael Videla por el delito de robo y supresión de identidad durante el terrorismo de Estado. La exESMA, el Pozo de Bánfield, La Cacha, entre otros centros de detención tuvieron 'maternidades clandestinas' donde se mantenía con vida a secuestradas embarazadas hasta que nacían sus bebés y se entregaban a militares, amigos o incluso se vendían.
El libro, titulado "Los nietos te cuentan cómo fue" fue escrito en coautoría por Analía Argento, periodista y columnista política de El Cronista; y por Mariana Zaffaroni Islas, abogada, docente, historiadora y nieta de Abuelas de Plaza de Mayo. Las ilustraciones las hizo Sabrina Gullino Valenzuela Negro quien recuperó su identidad una década atrás pero que recién el pasado mes de octubre recibió confirmación judicial para su filiación. Ahora puede usar su apellido adoptivo y los de su padre y su madre biológicos.
Según contaron, la publicación se hizo en coincidencia con los 40 años de Democracia ininterrumpida y es el lanzamiento de una nueva colección de la editorial independiente Marea orientado al público juvenil.
Además de las tres autoras, la Vicepresidenta recibió a Constanza Brunet, directora de Marea; y a varios de los que brindaron su testimonio para el libro como Paula Eva Logares que la semana próxima cumple 39 años desde que la Justicia restituyó su identidad; Paula Carolina Cortassa que fue la primera nieta en acercarse por sí misma a Abuelas de Plaza de Mayo; Andrea Viviana Hernández Hobbas que tenía 5 años cuando la separaron de sus padres y por eso nunca olvidó su nombre; Alejandro Pedro Sandoval Fontana que en su momento fraguó su primer ADN pero luego rompió todo vínculo con sus apropiadores; Adriana Garnier Ortolani cuya madre fue secuestrada embarazada de ocho meses cuando volvía de hacer compras y su padre se entregó a cambio de que la bebé fuera llevada con sus abuelos, lo que no logró. Estuvo además el anteúltimo nieto encontrado, Juan José Morales, que aún no sabe quién es su padre.
El mismo día la Vicepresidenta recibió a Edgardo Esteban, director del Museo de Malvinas, a quien entregó la última carta de un excombatiente de la guerra de 1982 que le fue acercada el miércoles por Juan José Hierro, hermano de José Luis Hierro un soldado caído el día de la rendición, el 14 de junio.
"Ayer un día de muchas emociones... además de selfies y fotos grupales de despedida y de la entrega de la carta del soldado argentino - caído en combate el 14 de junio de 1982 - al Director del Museo de Malvinas, también tuvo lugar mi última audiencia como vicepresidenta de la Nación Argentina" inició su posteo Cristina Kirchner.
Y destacó el tenor del encuentro que duró más de una hora y media: "No fue una audiencia más", indicó y tras contar quiénes y por qué participaron agregó que "el libro es un auténtico testimonio histórico ilustrado y un homenaje a la Memoria, la Verdad y la Justicia. Creo que también al amor y a la vida".
La ilustradora del libro, Sabrina Gullino Valenzuela Negro, nació junto a su hermano mellizo mientras su madre Raquel Negro estaba secuestrada y desaparecida en el marco de la última dictadura militar. Tras ser trasladados del Hospital Militar de Paraná al Instituto Privado de Pediatría, ella fue llevada al Hogar de Huérfanos. Aún no se conoce el destino de su hermano mellizo.
En varias investigaciones se estableció y condenó por delitos de Lesa Humanidad a los exmilitares. Según se narra en su capítulo, también incluido en el libro, un día la ilustradora y comunicadora social se topó con Pagano, que gozaba de prisión domiciliaria, arriba de un colectivo en Rosario.