Es que Güemes carga con los estigmas del relato porteño-céntrico acuñado por Bartolomé Mitre que lo calificó de “anárquico caudillo menor” y "centinela fronterizo” o, en palabras del general José María Paz, “un gangoso mal aspectado”.
En "Güemes. El héroe postergado", el escritor, periodista e historiador Alejandro C. Tarruella desenmascara esa visión sesgada de los defensores de la patria chica y, a través de su propia investigación, basada en las fuentes del Instituto Güemesiano de Salta e historiadores como Bernando Frías y Atilio Cornejo, descubre al verdadero héroe de la Independencia.
Güemes provenía de una familia acomodada de Salta, pero enfrentó a la oligarquía dominante de su ciudad. Era un militar de carrera, con gran experiencia de combate durante las Invasiones Inglesas, pero no dudó en rebelarse a la mezquindad de los ejércitos porteños y combatir hasta vencer en cinco oportunidades las invasiones de los ejércitos realistas.
Acompañado siempre por su hermana Macacha, llegó a ser gobernador de la provincia de Salta y murió como un héroe americano de la Patria Grande, cuyo objetivo superador era fundar junto con el Libertador San Martín las Provincias Unidas de Suramérica.