“En tiempos de Google, de internet, todo está disponible. Sucede que hay que saber leer para atar cabos y hallar la conexión entre hechos y personas. La cronología sirve para guiar, no para convencer, tampoco para apoyar a algún grupo” escribe Andrew Graham-Yool como apertura de “Los días contados”, libro que sería su última cronología de la historia argentina. La cronología es una herramienta, un “ayudamemoria”, una selección de datos –de hechos tal y como ocurrieron- que se fijaron en un instante dado, “una forma no objetiva de narrar lo más destacado que nos ocurrió a los argentinos”. Para el editor Daniel Divinsky “no es exagerado decir que este libro puede leerse como una novela, una novela con miles de personajes y sin desenlace”. Para otros puede ser un avivar la memoria, recordar nuestros hitos fundamentales, vivir la sorpresa frente a un hecho desconocido, tener la posibilidad de descubrir conexiones iluminadoras, leer de patriotas que no se sabían socios en el mismo proyecto nacional, descubrir héroes y villanos, con una frase sentirse golpeado por una tragedia. El libro de Graham-Yool va de febrero de 1810 al 16 de septiembre de 1955. Es la obra admirable de alguien, que entre otras tantas cosas, fue un investigador infatigable.
“El inglés más argentino y el periodista más valiente” se lo definió hace un año cuando, a los 76, murió en Londres. La BBC lo recordó con su borgiana respuesta: “claro que tuve miedo (durante la dictadura), pero una cosa es tener miedo y otra ser cobarde”.
Periodista de garra, trabajó en muchos medios. Acompañó a Robert Cox en la conducción de The Buenos Aires Herald. Pasó a escribir en The Daily Telegraph y The Guardian. Apenas se pudo regresó a Buenos Aires. Fue un historiador, traductor y poeta que publicó un centenar de textos en la Argentina, España y el Reino Unido.