— Hola Gabriela ¿Cómo estás? ¿Cómo viviste la reciente Pandemia?
— Hola, estoy muy bien y contenta con la recepción que está teniendo mi libro. A la pandemia la viví como creo que la vivimos todos, con miedo, inseguridad, una sensación algo apocalíptica, nadie sabía bien como moverse, el encierro fue raro, nuestras vidas cambiaron, el mundo no es el mismo, pero si hubo algo positivo para mí fue que pude dedicarme a pleno a escribir y terminar mi libro y eso me distrajo y validó las largas cuarentenas.
— Acabás de publicar hace muy poquito un libro autobiográfico (“Las Mil vidas de Gabriela”). Los que tuvimos el honor de leerlo lo recomendamos, ya que es una bella mezcla de historias, poesía, recuerdos, sentimientos, humanidad, arte puro… ¿Cómo viviste este proceso creativo? ¿Lo podrías asemejar a grabar y publicar un trabajo discográfico? ¿Cuánto tiempo te llevó?
— Gracias por tu devolución, me alegra que el libro te haya conmovido. Escribirlo me llevó cuatro años, incluyendo idas y vueltas, ediciones para que no fuese tan largo, re escribir ciertas partes, agregar, sacar, buscar la editorial que esté en la misma frecuencia, fue todo un proceso. Por suerte caí en manos de la gente adecuada, Marea. Fue y es un placer trabajar con Constanza Brunet y su equipo. Intenté escribirlo desde el mismo lugar que escribo mis canciones, tocando esos nervios que hay que tocar para que la poesía no sea solamente poesía, algo bonito y lejano, si no que logre conmover ciertas almas (¡a todos nos pasan cosas!). Puse toda la humanidad y honestidad que poseo escribiendo este libro. Para responder a tu pregunta, no, no lo puedo asemejar al proceso discográfico. Las canciones son como pájaros para mí, vuelan, dan vueltas, se posan, aterrizan dónde tienen que aterrizar o se van. Cuando la inspiración está en su pico podés llegar a componer una canción en un par de horas. La escritura necesita de más tiempo: es un proceso más largo, más reflexivo.
— En el libro también arrojás luz sobre muchas de tus canciones, explicando y narrando los sucesos y sentimientos que te llevaron a crearlas… En ellas, a nuestro entender, hay algunos elementos característicos: contar en forma de poesía historias muy humanas, describir paisajes y elementos naturales (“sumergiendo” al oyente en esa experiencia), cierta melancolía o nostalgia por el pasado o los que ya partieron… contrastado con esperanza y amor a la vida… ¿sentís que es así?
— Sí, me encantó tener la oportunidad de hablar sobre el proceso creativo de mis canciones, de dónde vienen, las historias e influencias que las originaron, la instrumentación que yo sentía que necesitaba cada canción para proyectar mejor el mensaje, fue un placer poder hacerlo, siento que si alguna vez me sentí incomprendida, con este libro pude desanudar esa incomprensión. Me gustó hilar ciertas partes poéticas de mis canciones con la historia que estaba escribiendo y así, casi sin querer, fueron quedando pedazos de letras en cada capítulo que se hicieron parte del libro con naturalidad. Gracias, me gusta tu descripción de mis canciones, la vida es puro contraste, nostalgia y esperanza. Y, tengo algo para agregar, a través de este libro y la revisión que me tocó hacer de mis canciones mientras lo escribía, me di cuenta que en su gran mayoría son autobiográficas.
— Tus canciones tienen también instrumentaciones muy diferentes a través de los años… desde guitarra acústica y voz, sonidos más “rockeros”, percusión y voces, jazz… hasta llegar a pequeñas orquestas de cuerdas… ¿lo fuiste buscando así? ¿Tenés el sonido que querés lograr “en tu cabeza”?
— Mirá, yo siento que mi música fue creciendo naturalmente, como crecemos los seres humanos, infancia, adolescencia, adultez, vejez. Mi primer álbum fue claramente adolescente, para mí en ese entonces había mucho rock ‘n roll en mi cabeza, necesitaba expresarme con más furia, mi cantante favorito de rock era Robert Plant, fue una etapa. Ya en “Ubalé” se nota una mujer joven, que empieza a entender la vida por otro lado, en “Altas planicies” hay una búsqueda de una mujer ya adulta a quién le pasaron cosas, es un disco más complejo musicalmente, pegué un estirón grande como música. Y en la trilogía que hice con Bill Frisell, “Detrás del sol”, “Viento rojo” y “El viaje” se conforma quién soy hoy.
Sí, en general tengo el sonido que quiero lograr en mi cabeza, pero me lleva un tiempo encontrarlo, los instrumentos exactos que imagino mientras compongo, los músicos que puedan interpretarlo, y finalmente lograrlo, porque la imaginación es maravillosa pero la construcción de esos logros lleva un enorme trabajo, hay que arremangarse y practicar hasta que todo fluya de manera natural, en mi caso la guitarra y la voz, y sobretodo cuando vas a tocar con músicos de primer nivel como me pasó en la trilogía con Frisell.
— Además, desde el comienzo de tu carrera, siempre estuviste acompañada musicalmente por artistas muy talentosos… Y sino… ¡te las ingeniabas para conseguirlos!
— Definitivamente para mí el cielo es el límite. Siempre traté de huirle a la mediocridad, de seguir creciendo y estirándome hacia lugares casi inalcanzables para mí, yo tenía que sonar más que bien, si no el sentido de conseguir músicos u artistas talentosos que me acompañen era nulo. Prepararse es fundamental, y muchas veces la ilusión de tener a alguien en mente que admiras y respetas mucho y el sentir que podés llegar a tocar con ese alguien es lo que te hace trabajar y mejorar hasta alcanzar el nivel más alto que te sea posible.
— ¿A quiénes reconocés como referentes o influencias musicales?
— Los Beatles, Bob Dylan y muchos otros pero Joni Mitchell es mi mentora desde los años sesenta, no tiene reemplazo. Creo que su crecimiento como música a través del tiempo fue marcando mi camino, siempre fui detrás de ella aprendiendo e intentando entender cada movimiento y cambio que ejercía. Además de que sus letras, su poesía, su manera de frasear y cantar me conmueven profundamente, no hay nada en ella que no admire. Es mi favorita, mi influencia más grande.
— También se publicaron recientemente en las plataformas digitales las versiones remasterizadas de los dos simples que grabaste a comienzos de los años 70…
— Sí, por suerte, ya que esos simples habían desaparecido totalmente y agradezco que Sony Music se haya ocupado de que estén disponibles en las plataformas digitales. Ahora a fines de Septiembre también saldrá mi primer álbum, Gabriela, remasterizado y con algunos errores en el arte de tapa corregidos, inclusive traerá las letras en un sobre interno. Realmente fue un placer trabajar con el equipo de Sony Music, creo que logramos un excelente resultado..
— Siempre se te recuerda y reconoce como “la pionera del rock argentino” (con tus primeros conciertos y tu disco “Gabriela” de 1972) pero también fuiste la primera música argentina en cantar y grabar tus propios temas en español en Los Ángeles (California) con reconocidos músicos estadounidenses de la Costa Oeste… ¿Te molesta o te gusta ese rótulo de “pionera”? ¿A qué otras mujeres argentinas o del exterior reconocés como continuadoras de las puertas que vos con gran esfuerzo fuiste abriendo ya desde el comienzo de tu carrera?
— Y, pionera es una palabra muy fuerte… pero a través del tiempo he logrado darle otro sentido e integrarla como la realidad que me tocó vivir. Es cierto que también fui pionera al grabar mis temas en español mezclando músicos reconocidos de la Costa Oeste de Estados Unidos con músicos argentinos que vivían en Los Ángeles en ese momento. Resultó una combinación brillante, Ubalé es un disco que contiene una musicalidad y emotividad muy especial, esa mezcla de músicos ¡fue un golazo!
Lo de mujeres continuadoras de las puertas que yo abrí no te lo puedo responder, yo hice lo que hice en esos tiempos pero creo que las que me siguieron tuvieron la libertad de ser ellas, de seguir caminos propios, no las veo como seguidoras musicalmente hablando.
Y a nivel artistas prefiero no hablar de géneros, si no simplemente de talentos. Mi gusto es muy variado, me gustan la mayoría de los estilos de música.
— ¿Crees que existen diferencias entre la música que vos escuchabas en tus comienzos y la que se hace hoy en día? ¿Qué grupos o solistas actuales recomendarías?
— Sí, definitivamente, pero creo que es natural que así lo sea, el mundo va cambiando y la música también. No me gusta criticar o juzgar o decir que todo lo pasado fue mejor, depende a que generación pertenezcas, todo es válido. De las generaciones nuevas de acá, hay una chica argentina que se llama Eliana Lardone que me gusta como canta, los acordes que elige para tocar el piano y su sensibilidad. Hay una mujer canadiense que es mi faro y me fascina desde hace años que se llama Jane Siberry, y un compositor escocés, Paul Buchanan, que pertenecía al maravilloso grupo Blue Nile y ahora es solista, que me mata. Me gusta y admiro mucha de la música que hace Bill Frisell, creo que es uno de los talentos musicales más inventivos que se escucharon en el último siglo.!
— ¿Cuáles son tus planes a futuro?
— Escribir otro libro de ensayos y componer/grabar varios temas que tengo bajo la manga.
— ¿Cómo puede hacer la gente para escucharte y saber más de vos?
— Mi música está en todas las plataformas digitales hoy en día o sea que con solo entrar a Spotify por nombrar alguna pueden escuchar todos mis discos. Mis redes sociales son: Instagram (@gabrielasolrojomusic) , www.facebook.com/GabrielaSolRojoMusic y www.songtone.com.
Y, para el que tenga interés en saber sobre mi vida, mi larga carrera en Argentina y en el exterior más mis pensamientos y sentimientos, recomiendo mi autobiografía que se acaba de editar y ya está en todas las librerías, Las mil vidas de Gabriela.
— Por último ¿Qué te gustaría decirles a los lectores de nuestra revista?
— Que sean felices mientras no haya ningún drama ocurriendo, que aprovechen los huecos de luz que les da la vida, ser feliz es un trabajo diario ¡pero vale la pena!