Gabos dentro de gabos

Sergio Sánchez y Mariano Lalo Ugarte, periodistas culturales argentinos, se decidieron por la contradicción. Dotar a un tornado de dulzura suena poético, pero es difícil de imaginar. Es que, claro, hay que leer este libro. La silueta de Gabo Ferro, artista de voz etérea que supo abrirse como una flor en cada escenario, cobra forma colectiva y mutante. Fue dulzura, sí. Pero también tornado. Por Sebastián Benedetti

Un tornado dulce es un libro puntilloso, detenido en cada una de las producciones de Gabo Ferro. Sobre cada paso de su carrera se tejen testimonios (muchísimos) que colaboran en la trama que es este largo perfil. Construido en capítulos temporales que segmentan la época que atravesaba el protagonista, se hurga en su origen en el barrio porteño de Mataderos, en su primera guitarra a los 5 años, en su familia de clase media, en su pulsión letrística desde muy pequeño y en su banda N, con la que grabó un demo a los 21 años. Vendrían después los años ochenta, la década del VIH, los Verbonautas (junto con Palo Pandolfo, Vicente Luy, Osvaldo Vigna, Karina Cohen, Hernán, Pablo Folino y Gabriel Coullery, entre otros) y, claro, la banda Porco. Con Porco, el libro hace justicia periodística al revol...