Marea Editorial

Entrevista a Analía Kalinec, integrante del colectivo Historias Desobedientes

Analía Kalinec, psicóloga, hija de un represor y autora de una de las historias de Escritos Desobedientes, fue entrevistada por radio Cooperativa, donde habló sobre la constitución de Historias Desobedientes, su historia familiar y las luchas actuales de los organismos de DDHH.

"Lo que pasó en materia de derechos humanos en nuestro país es algo que nos tiene que enorgullecer porque no pasó en otros países. Desde el colectivo Historias Desobedientes entendemos que a eso se debe nuestra existencia y la posibilidad que tuvimos de conocer nuestras historias".

"Si no hubiese sido por la lucha de varios años de Madres, Abuelas, HIJOS y los sobrevivientes junto a la materialización en políticas públicas desde el gobierno de Néstor Kirchner, cuando derogan las leyes de Obediencia de Vida y Punto Final, yo nunca me hubiese enterado del accionar de mi papá en la dictadura. Por eso nuestra voz es una emergencia social".

"Nuestra voz es inédita. Tuvimos contacto con descendientes de nazis que tuvieron recorridos y pronunciamientos sobre sus padres pero no existe la construcción colectiva. Que nos hayamos colectivizado y tengamos una voz colectiva es algo inédito internacionalmente".

"Mi papá en la dictadura era un joven de 26 años. Nunca traté de justificarlo, pero sí de entenderlo: a lo mejor no sabía lo que estaba pasando o seguía órdenes. Pero en la actualidad me encuentro con que él está convencido con lo que hizo, lo sigue reafirmando y no se arrepiente. Él conocía toda la logística, sabían a quién iban a secuestrar, los llevaba al centro de tortura, los torturaba él y después se los llevaba a los vuelos de la muerte. Toda esa información él la tiene y hoy elige seguir guardando esa información y haciendo daño frente a la búsqueda incansable de los organismos de derechos humanos. Eso es irreconciliable, no tengo punto de encuentro ni forma de encontrarme con mi padre".

"Mi papá me acusa de indigna. Continúa con la misma lógica de que hay que eliminar al que piensa diferente; por eso quiere eliminar de la familia al que piensa diferente".

"Siempre fui una convencida de lo que me había pasado a mí tenía que estar pasando en otras familias. La sensación de soledad y angustia es muy fuerte porque al interior de nuestras propias familias somos parias: traidores, desagradecidos y lo peor de lo peor. También es complicada la representación social de los familiares de los represores, porque las voces públicas que existían eran en apoyo a la dictadura; entonces quedábamos indefectiblemente en esta lógica de lealtades familiares obligados a pertenecer a este campo de ideas".

 

La entrevista completa se puede escuchar en este enlace