Marea Editorial

El periodista Gustavo Sierra presentó su libro sobre el argentino que mató a un nazi en Treblinka

El escritor dedicó diez años a investigar los hechos protagonizados por Meir Berliner. En Treblinka murieron 850.000 judíos y un solo militar nazi: el comandante Max Bialas, a manos de un polaco-argentino. Por Maxi Kronenberg

Meir Berliner era un mafioso sin identidad y sin rostro, dueño de un pasado oscuro y tenebroso, pero logró convertirse en un verdadero héroe en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Su doble vida finaliza después de apuñalar a un soldado nazi en un campo de concentración. Acaso, es el único en haber asesinado a un oficial nazi en un campo de exterminio en toda la guerra. Su historia es leyenda: el héroe en cuestión es argentino. Basada en hechos reales, el periodista y corresponsal de guerra Gustavo Sierra presentó su libro Berliner. El Vengador de Treblinka (Marea Ediciones), en Librería Dain.

El evento, moderado por la editora Costanza Brunet, contó con la participación de la escritora y psicóloga Diana Wang y del periodista Carlos Ares (ex revista El Gráfico y Goles, también fundó las revistas culturales La Maga y la García).

Un libro estremecedor que cuenta la historia de Meir Berliner, un hombre malvado, que cometió su único acto de heroísmo, cuando en la noche del 11 de septiembre de 1942, el argentino de origen judío rompió filas y apuñaló al soldado nazi Max Bialas en el campo de exterminio en Treblinka, en Polonia.

Berliner no buscaba libertad sino revancha. Luego de que los nazis mataran a su mujer y a su hija, como a otros 850.000 judíos que murieron en la cámara de gas en Treblinka. Sabía que su destino iba a ser el mismo que el de su familia, pero esperó hasta el último instante de su vida para cobrar venganza.

“Meir Berliner, ‘el vengador’, no era una carmelita descalza: ya cargaba algunas muertes. Gracias a esto, fue capaz de asesinar en Treblinka al nazi que mató. Fue el único asesinato que hubo en ese campo de exterminio. Ya venía entrenado, ya sabía cómo se hacía”, señaló Diana Wang.

“Hay asesinatos y hay muertes que están bien. El haber matado a este nazi está bien. El nazismo puso en marcha la industria de la muerte y el de Berliner fue el único asesinato que vengó miles de muertes", justificó la autora de Los Niños Escondidos e Hijos de la guerra. Sus padres sobrevivieron al Holocausto.

Diez años de investigación

Gustavo Sierra estuvo 10 años investigando para cerrar (y publicar) esta fascinante historia que ahora sale a la luz con detalles impactantes después de 82 años de haber ocurrido este hecho, uno de los más emblemáticos de la Segunda Guerra Mundial.

“Siempre que encontrás una piedra, la levantás y hay un argentino. Entonces, a partir de eso comencé a investigar”, afirmó el corresponsal de guerra, autor de su primera novela. Cada historia que cuenta Sierra es real. Su libro está completamente documentado.

“En una época en la que los periodistas estamos maltratados, sospechados y también acusados, rescato a los periodistas como Gustavo porque hacen que la profesión que ejercemos sea honorable y decente”, ponderó Carlos Ares. Ambos fueron compañeros en el diario La Razón en los años 80.

“El libro es apasionante. Como lector fui entrando lentamente y descubrí que el valor que tiene este tipo de libros basados en hechos reales esté escrito por un periodista: uno se da cuenta enseguida la diferencia que hay entre un escritor periodista y un escritor que no lo es”, añadió.

“Uno se da cuenta que lo escribió un periodista porque arranca por la noticia. La noticia es Berliner en Treblinka cuando le clavó el cuchillo al soldado nazi. A partir de ahí, de la presentación de la novela en sí, ya te enganchó. Es una novela que debería tener un destino de serie”, destacó el renombrado periodista durante la presentación.

Entre Polonia, Argentina y Treblinka

Sierra quedó impactado por esta historia en 2011, tras un viaje que realizó por en Varsovia que incluyó la visita de los campos de concentración del nazismo durante el Holocausto.

“Me quedó esa cosa: ¿Qué argentinos estuvieron acá? No me refiero a los que vinieron durante o después de la guerra a la Argentina como inmigrantes sino argentinos que hubieran ido a Europa y hubieran quedado ahí. Meir había ido a visitar a unos familiares a Varsovia”, deslizó Sierra en diálogo con Clarín Cultura.

“Esto me llevó a hablar con Marcia Ras, historiadora del Museo del Holocausto en Buenos Aires, quien contaba la historia de los argentinos que se fueron a Europa durante la Guerra. Por primera vez me mencionó a Berliner. Quedé prendado de la historia y empecé a buscar y a buscar pero no había nada”, recordó.

En la Argentina se sabía poco y nada sobre la identidad de Berliner, quien había llegado al país desde Polonia, escapándose de los nazis. Sierra buscó sin éxito recopilar información sobre Berliner en archivos y en museos del Holocausto en Alemania, Polonia, Israel, Estados Unidos, entre otros países. “Lo intenté con todos pero no había nada”, lamentó.

También, se decía que Berliner había formado parte del Ejército Argentino pero no había registros en ese archivo. Su nombre tampoco aparecía en Migraciones, en el Renaper, mucho menos en las guías de teléfono.

“Empiezo a sospechar que tenía contacto con otras cosas, entonces, empecé a buscar alguna información sobre la Zwi Migdal, la organización de polacos judíos que traían chicas para prostituirse acá, en Buenos Aires, Rosario, Montevideo y Río de Janeiro”, comentó el periodista.

Así, descubrió que Berliner figuraba en esta organización mafiosa en Rosario a través de un libro publicado por el comisario Julio Lázaro Alsogaray.

“Tuve mucha suerte: en una edición había 450 nombres de los mafiosos de la Zwi Migdal, entre ellos, había tres Berliner: uno de ellos era Meir Berliner. El comisario Alsogaray fue quien me dio la respuesta del por qué no había ningún registro de esta persona. Berliner tenía mucho poder con abogados, jueces, políticos argentinos en la década del 20 y del 30 en Argentina. Habían borrado absolutamente todo”, subrayó Sierra.

Con la historia de Treblinka contada a partir de relatos de testigos que presenciaron el episodio en el campo de concentración polaco –a los cuales, logró entrevistarlos–, el dato de la Zwi Migdal le había cerrado por completo al periodista para poder reconstruir la historia de Meir Berliner: su pasado como mafioso y luego, como el vengador de Treblinka.

Entonces, el autor fue por más y entrevistó a Rafael Ielpi, un conocido historiador rosarino, autor de dos libros sobre como operaba la organización Zwi Migdal en la trata de mujeres en Pichincha, un barrio de prostitutas en esa región portuaria de la provincia de Santa Fe, para ir construyendo esos “huecos” que quedaban pendientes en su novela.

“Era un barrio prostibulario porque Rosario es una zona portuaria y siempre fue la salida de granos y de ganado al exterior. Los marinos mercantes de todo el mundo, cuando les decían que iban a Rosario a buscar carga, hacían fiestas porque se iban a pasar dos semanas ahí, en los prostíbulos de Pichincha”, aseguró Sierra.

–¿Por qué Berliner volvió a Europa?

–En aquel momento, la policía rosarina logró desbaratar a la Zwi Migdal. Por eso, los líderes de la organización comenzaron a irse del país. Primero van a Montevideo y después a Río de Janeiro. Esto ocurrió alrededor de 1935.

Entonces, Meir huyó del país para reencontrarse con su familia, en plena Guerra. Se encontró con su familia en Varsovia, hasta que los nazis se lo llevaron con otros miles de judíos hacia el campo de exterminio, donde finalmente apuñaló al soldado nazi Max Bialas para convertirse en leyenda.

“No intentó huir ni esconderse. Se limitó a permanecer allí, con sangre fría y calma, con una extraña sonrisa en los labios, las manos abriendo la solapa de su chaqueta dejando el pecho al descubierto: ‘Por favor – dijo-, no tengo miedo. Pueden matarme’. Fue el hecho más valiente que vi en Treblinka y en cualquier otro lado. Berliner lo había hecho, se había vengado de todos nosotros”. Este testimonio de Abraham Krzepicki, sobreviviente de Treblinka, forma parte del libro de Gustavo Sierra.

–¿Quién era Meir Berliner?

–Es una novela, es una historia, la de Meir Berliner: tiene una acción de héroe extraordinaria y al mismo tiempo fue un villano de película. Yo no lo juzgo, pero es el ser humano en su esencia. Evidentemente, todos tenemos una parte de héroe y de villano en muchos aspectos de nuestras vidas.