Arturo Illia, el presidente radical depuesto por un golpe militar en 1966, murió en los primeros días de 1983. Por esos tiempos, Argentina era un hervidero que se aprestaba a salir de los oscuridad de la dictadura, y todas las figuras políticas de peso daban su opinión sobre las elecciones que estaban a la vuelta de la esquina. El ex mandatario no pensaba quedarse afuera, pero hizo una observación que pocos hoy podrían imaginar. "Raúl Alfonsín no está preparado para gobernar", aseguró Illia, sobre quien sería el primer presidente de la nueva democracia.
La anécdota la reveló Eduardo Zanini, periodista y biógrafo de otras figuras de la UCR como Hipólito Yrigoyen, en su último libro "Raúl Alfonsín, el hombre que hizo falta". Según el trabajo, el ex Presidente le había dicho esa frase a su hija mayor, poco tiempo antes de fallecer. Según Zanini Illia, derrocado por la dictadura de Juan Carlos Onganía, "tal vez aún ansiaba ser el elegido para presidir una transición acordada entre militares y civiles antes de convocar a elecciones generales". "La interna del radicalismo no tenía descanso", concluye el periodista.
El libro es un interesante recorrido por la vida del dirigente radical, desde sus comienzos en Chascomús, a su etapa como discípulo de Ricardo Balbín, hasta llegar a los duros años en los que fue presidente. También el texto recorre los años que siguieron a su etapa frente a la Casa Rosada, luego de 1989, en su rol de constructor político y su intervención clave durante la crisis del 2001.