José Luis Franco, un joven rosarino de 23 años, fue el primer desaparecido en democracia, apenas 15 días después de que asumiera el Gobierno de Raúl Alfonsín, y, con este caso, se inició un largo derrotero de 219 hechos que llegan a nuestros días.
Franco fue detenido en la noche del 24 de diciembre de 1983 por la policía de Rosario, la justicia negó un pedido de Hábeas Corpus y tiempo después la fuerza comunicó que había muerto en un enfrentamiento.
En el libro "Desaparecer en Democracia" de Adriana Meyer se repasan hechos que tuvieron como protagonistas a las fuerzas de seguridad y al Estado en casos emblemáticos como los del empresario Martín Sivak, los cuatro militantes del MTP (Carlos Samojedny, Francisco Provenzano, José Díaz, Iván Ruíz) secuestrados durante el intento de copamiento del regimiento de La Tablada, Andrés Núñez, Miguel Bru, Sebastián Bordón, Jorge Julio López, Luciano Arruga, Santiago Maldonado, el policía porteño Arshak Karahanyan, Luis Espinoza y Facundo Astudillo Castro, entre tantos otros.
Sin embargo, cuando se le pregunta a la autora por un caso que la haya conmovido en forma particular, se remite al de Alejandro Flores, un niño de 5 años desaparecido el 16 de marzo de 1991 por efectivos policiales de la ciudad cordobesa de Río Cuarto que lo atropellaron cuando se trasladaban en un móvil.
Según recuerda su madre, Rosa Arias, "Ale" salió a la calle rumbo a la casa de una tía vecina, en una tarde de calor en la que se desató una tormenta.
Cuando regresaba a la vivienda donde estaba su madre, dos efectivos policiales Mario Gaumet y Gustavo Funes, a bordo de un patrullero, atropellaron al niño y luego lo llevaron a la casa de una enfermera para que lo atendiera, pero el pequeño tenía una herida muy grave en la cadera, no resistió y murió.
Esa noche, los vecinos de Rosa buscaron al pequeño Ale sin ayuda de la policía e incluso utilizaron la batería de un camión y luces cubiertas por plásticos rastrillaron el cauce de un río cercano.
La madre buscó a su hijo por todos lados y en su desesperación concurrió a programas de televisión "Gente que busca gente" que conducía Franco Bagnato, mientras recibía amenazas y pistas falsas de todo tipo.
En 1996, un policía llamado Jorge Mou escuchó que dos efectivos habían atropellado a un niño y que "se les murió" luego de buscar que lo curara una enfermera.
Al testigo lo acusaron de falso testimonio, le hicieron una carpeta psiquiátrica y lo expulsaron de la fuerza, mientras que a su madre los fiscales del caso le decían que no le hiciera caso porque estaba loco.
En julio de 2008, un verdulero del barrio encontró en una acequia restos óseos de un niño a tan solo 300 metros de donde había desaparecido Alejandro, y pudo constarse que el cadáver presentaba fracturas en la cadera.
Un año más tarde, Gaumet y Funes fueron procesados y absueltos por prescripción del delito, sin embargo, en 2014, la Corte Suprema de Justicia ordenó reabrir la investigación para determinar las causas que impidieron el desarrollo de la investigación.
Pero hasta el momento, a 30 años de la desaparición forzada de Alejandro, la causa continúa paralizada y no se registran avances que permitan desentrañar la trama de encubrimiento.