Uno de los hechos lamentables que definen a la historia argentina tiene que ver con les desaparecides durante la última dictadura. Sin embargo, también existe otra cara de la moneda de la que se conoce menos: les desaparecides en democracia. Así, la autora y periodista Adriana Meyer acaba de presentar el libro «Desaparecer en democracia». En el mismo, realiza una investigación arqueológica para darles la palabra a estos casos y aproximarse a una reparación histórica.
Nota al Pie habló con la escritora para conocer detalles sobre el libro. También, sobre el entramado de complicidades dentro de las esferas de poder que están detrás de estas desapariciones. En la publicación, la investigadora narra casos desde 1983 hasta 2021. Entre los mismos analiza los de mayor resonancia como el de Jorge Julio López, Luciano Arruga, Marita Verón, Santiago Maldonado, entre otros y también aquellos que no se visibilizan.
Respecto a cómo se gestó la obra, Meyer relató: «La idea del libro nace, quizás, hace muchos años. Me tocó cubrir como periodista el caso de la desaparición forzada de Jorge Julio López y tuve la idea de hacer un libro al respecto pero no se dió». Asimismo, la entrevistada comentó que tuvo la misma inquietud de realizar el libro cuando cubrió la desaparición de Santiago Maldonado hace cuatro años. Sin embargo, el proyecto tampoco se pudo concretar, aunque sí acumuló material de investigación.
Finalmente, las desapariciones de Facundo Asturdillo Castro y Luis Espinosa en 2020 marcaron la puesta en marcha de la obra. Al respecto, Meyer comentó: «Sentí que en lugar de hacer un libro sobre un caso particular era necesario abordar todos». En «Desaparecer en democracia» se plantea un recorrido por la historia de las más de 200 desapariciones forzadas registradas durante las últimas cuatro décadas en la Argentina.
No olvidar
La autora también reflexionó sobre la importancia de visibilizar las desapariciones en un contexto democrático. En ese sentido hizo referencia a cómo el concepto de «desaparecides» en primera instancia se circunscribe particularmente a la dictadura.
«Quizás en los primeros años de democracia si había algún episodio violento en una comisaría o una muerte, no era considerado una violación de los derechos humanos. Parecía que la exclusividad la tenían los años previos y sin embargo, el fenómeno sigue ocurriendo», comentó.
En este punto, la entrevistada analizó los denominadores comunes que atraviesan a las desapariciones forzadas en democracia. Así, señaló: «Uno es que en las comisarías no toman la denuncia a los familiares de la persona desaparecida».
Meyer también mencionó los casos en los que la policía les dice a las familias que la persona desaparecida ‘seguro está en otro lugar’. Además, sumó que «los secuestros y detenciones arbitrarias siempre son justificados a posteriori con denuncias falsas», entre otros denominadores.
Al respecto, para llevar a cabo el análisis, la autora utilizó el listado de casos que elabora la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional. Mientras tanto, el equipo de investigación lo integraron les especialistas Daniel Satur, Juan Pablo Csipka, Gioia Claro, Sol Segade y Martín Cossarini.
A su vez, para los casos comprendidos dentro de ese listado en los que no había tantos detalles, la escritora se sirvió de otros recursos. En este punto, y desde su rol como periodista, recopiló artículos y realizó entrevistas con familiares de las personas víctimas de desaparición forzada.
Mantenerse vigente en la memoria colectiva
Por otra parte, también destacó el impulso que dio lugar a «Desaparecer en democracia». Así, manifestó que «la motivación fue doble. Por un lado, recuperar las historias”. Por otro lado “repasar y reconstruir las historias más conocidas aportando datos nuevos y que no sea el mismo relato que la persona que ya conoce el caso vuelva a leer, que le aporte algo diferente», precisó.
Asimismo, Meyer también hizo hincapié en «rescatar las historias de búsqueda, de resiliencia y lucha de las familias. Y de organización para enfrentar el fenómeno represivo con una lucha antirrepresiva». En ese sentido y para concluir, la entrevistada reflexionó: «también mostrar el fenómeno y tratar de ponerlo en agenda para que no vuelva a ocurrir y en el caso de que vuelva a ocurrir, que el Estado reaccione más rápido y mejor».