Por Ángela Posada-Swafford
¿Por qué sigue tan vigente el pensamiento de Charles Darwin a pesar de las deficiencias en su divulgación y entendimiento? Es como si El Origen de las Especies se hubiera publicado la semana pasada. En su nuevo libro Darwin 2.0, la teoría de la evolución en el Siglo 21 (editorial Marea), la periodista científica de El Clarín de Buenos Aires Valeria Román y el biólogo argentino Luis Capozzo, logran presentar el complejo pensamiento del naturalista británico bajo una luz contemporánea, accesible y con la que nos podemos relacionar.
"Darwin es uno de los personajes que aún siguen despertando tanta controversia porque se metió con algo muy íntimo de los seres humanos: quiénes somos", dice Román. Y escribe en el prólogo que "el libro intenta despertar la curiosidad por los aportes concretos de Darwin, sus antecesores en el pensamiento evolutivo, las peculiaridades de su teoría, las actualizaciones y las aplicaciones en la vida cotidiana... es apasionante percibir que su teoría sirve hoy de respaldo a una variedad de servicios y productos que se utilizan en el hogar, en la ciudad, o en los laboratorios de los científicos".
El error, dicen los autores, es creer que la teoría de la evolución se formuló en el Siglo 19 y quedó ahí. En realidad, durante los últimos 150 años la teoría ha recibido muchas actualizaciones y se sigue trabajando con ella como herramienta de investigación. El libro de 190 páginas explica también la falsedad de mitos tales como el eslabón perdido de la evolución, y que los dinosaurios están completamente extinguidos, o que la evolución aun no se ha demostrado.
Uno de los capítulos se concentra en presentar algunos científicos de este siglo que de dican su vida a divulgar y defender el legado de Darwin, un bien ilustrado repaso al movimiento creacionista que ha tratado de derribar la teoría de la evolución, y que no sólo existe en estados Unidos, sino en varios países de Latinoamérica.
La idea del libro surgió a partir de los comentarios polémicos, los grandes errores de concepción que aparentemente había entre los lectores del blog Ensayo y Error que Román mantiene en el diario El Clarín. "Ahí en los comentarios palpamos bien de cerca los malentendidos que tiene mucha gente, incluso personas con títulos universitarios. Yo pensaba que en Argentina no había posturas creacionistas, pero el blog me hizo darme cuenta de que, lamentablemente, existen".