Por Ulises Rodríguez
"Candela tenía once años. La buscaron durante nueve días 1.600 policías, 2 helicópteros, 143 patrulleros, 16 perros entrenados para hallar cadáveres e Interpol. Pero como en el caso de la familia Pomar la Policía Bonaerense no la encontró. A Candela la hallaron dos nenes dentro de tres bolsas de consorcio. Los asesinos tiraron su cuerpo a 32 cuadras de su casa en Villa Tesei y a pocos metros de la colectora del Acceso Oeste y la calle Cellini." En este fragmento del libro Cordero de Dios, el caso Candela (Ed. Marea); la autora resume de principio a fin uno de los casos que conmovieron al país en el 2011 y que todavía no ha tenido sentencia de la Justicia.
Candelaria Schamun, periodista de oficio y buscadora incansable de historias, comenzó a investigar el caso el día 23 agosto de 2011, un día después de conocida la noticia de la desaparición de la niña Candela Sol Rodríguez Labrador.
Durante los días que cientos de periodistas, camarógrafos y movileros hacían guardia en la puerta de la casa de Candela, en Hurlingham, Candelaria Schamun estaba allí cubriendo el caso. Pero Candelaria es tan inquieta que no seguía a la manada. Revoloteaba por los alrededores, charlaba con el almacenero, los pibes que paran en la esquina, el señor del taller mecánico y se quedaba hasta que se hacía de noche en esa zona del oeste, donde está el agite.
Con tanta información y fuentes pensó que tenía que hacer un libro para contar más allá de lo que se había dicho. Por eso cada capítulo es una revelación. “Me propuse contar que pasaba puertas adentro de la casa de Candela; contar el desconcierto de la Policía Bonaerense; contar con distintas hipótesis por qué mataron a una nena inocente de 11 años”, le dice Candelaria Schamun a INFOnews.
Dividido en cuatro capítulos el libro arranca contando qué pasó, como fue el entierro, después analiza la causa que llevó adelante el fiscal Marcelo Tavolaro y finalmente, en base al resultado de la Comisión Investigadora del Senado explica por qué puede llegar a estar vinculado con el narcotráfico.
“Trato de contar lo que hoy está en la causa y siguiendo la otra línea que es muy fuerte para la Comisión Investigadora, que es mostrar un territorio donde la familia, tanto Carola Labrador, la madre, como Alfredo Rodríguez, el padre, eran habitué”, dice Candelaria.
Donde se sucedieron los hechos del caso Candela es un territorio caliente del Gran Buenos Aires. “Los secuestros son muy comunes, el índice de tráfico de cocaína es muy alto, la convivencia narcopolicial -según los propios vecinos- es muy alta y la policía arma causas por narcotráfico”.
El autor del prólogo es el periodista y escritor Cristian Alarcón, uno de los guías de Schamun en este trabajo, quien lo definió como una “crónica que busca la justicia de la literatura para Candela; y revela la oscuridad del poder político, la policía y la justicia, condenados a ser las principales sospechosos del asesinato que conmovió al país”.
La pregunta que toda la sociedad se hizo fue ¿por qué mataron a Candela? y la autora responde que “porque se les fue de las manos. La nena los conocía y la presión mediática fue tan fuerte que tomaron la peor decisión”.
En el libro se deja entrever que el asesino es alguien que probablemente ya haya matado antes. El cuerpo estaba lavado para no dejar rastros. Era alguien que sabía cómo hacerlo.
El día más triste, el del entierro, Candelaria Schamun presenció como una señora del barrio, llorando y con un pañuelo entre sus manos se acercó al cajón, lo acarició y dijo “han matado a un cordero de Dios”. El caso Candela ya llegó a las librerías.