“Escribí este libro porque hay desaparecidos que pueden aparecer, y con cada nieto que aparece se le devuelve la esperanza a este país”, fueron las palabras de Analía Argento periodista, escritora y coautora de Los nietos te cuentan cómo fue, sobre la obra que escribió junto a las nietas restituidas Mariana Zaffaroni Islas y Sabrina Gullino Valenzuela Negro, esta última, a cargo de las ilustraciones.
El libro está destinado a un público adolescente y juvenil porque como sostiene la autora es necesario hacer el ejercicio de la memoria y volver a contar una y otra vez esta parte de nuestro pasado reciente. En Los nietos te cuentan cómo fue se narran trece historias de nietos y nietas de Argentina y Uruguay que restituyeron su derecho a la identidad, relatos únicos y diferentes pero atravesadas por el mismo horror: el secuestro y la apropiación de bebés durante la última dictadura cívico militar.
La presentación del volumen se realizó el martes 12 de diciembre en el auditorio de la UMET con la presencia de miembros de Abuelas de Plaza de Mayo, nietos y nietas restituidas, familiares y amigos de las autoras. Entre el público se destacaron también Mariana Herrera Piñero, directora del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG); la periodista, sobreviviente y titular de la Defensoría del Público, Miriam Lewin, entre otras figuras destacadas del ámbito de los derechos humanos.
historias, moderó la mesa de presentación y sostuvo: “Es un momento político difícil, pero seguiremos luchando por la memoria, la verdad y la justicia”. Tanto Brunet, como Analía Argento, Zaffaroni Islas y Gullino Valenzuela Negro insistieron en la necesidad de transmitir la historia a los más jóvenes, aunque parezca que se contó muchas veces y pareciera no ser necesario seguir haciéndolo. “Mientras tengamos a los protagonistas, es un documento testimonial que tiene que quedar. El Operativo Cóndor estuvo en las dos orillas, no permitiremos el avance del negacionismo”, afirmó Zaffaroni Islas, quien a partir de su propia historia describió: “Yo soy una sola persona con dos vidas. Es importante tender un puente porque son muchos los nietos por recuperar. No siempre es fácil recuperar la identidad, pero es sanador, no hay una sola forma de recibir la noticia, ni de expresarlo, todo es válido.”
La ilustradora Sabrina Gullino Valenzuela Negro declaró que nos encontraremos con un libro que tiene una buena lectura para los jóvenes y que es necesario hacer puentes intergeneracionales. “Tiene una apuesta para ser soporte pedagógico, para ser utilizado en el aula. Es una cartografía poética y también política”. “La memoria y la identidad es conflicto y dolor. Pienso en las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo frente a lo trágico, ellas nos dan una clase magistral de ciudadanía”, finalizó Guillino Valenzuela Negro, quien restituyó su identidad en 2008 y como se autodenomina “hermana que busca” porque su hermano mellizo continúa desaparecido.
“Necesitamos la verdad para ser libres. Los que faltan encontrar no son libres, siguen presos del delito”, subrayó Argento, quien sostuvo que es muy compleja la restitución de la identidad pero que es necesario saber y conocer esa parte de la historia que es propia de un país. “Escribí este libro porque hay desaparecidos que pueden aparecer y en cada nieto que aparece le devuelve la esperanza a este país. Les tenemos que contar a los jóvenes que eso estuvo mal, y que está demostrado en la justicia”, explicó. Y en diálogo con ANCCOM, al terminar la presentación se explayó: “Yo creo que a veces es difícil contar lo que sucedió porque no hace mucho que ocurrió, de hecho, muchos de los protagonistas están vivos, y a los nietos se los siguen buscando y todavía son víctimas, entonces es muy reciente esta historia. Pero al mismo tiempo como es reciente podemos contarlas a través de las personas que la vivieron directamente. Por eso, en el caso de los nietos me parece muy importante para reconstruir la memoria hablar con los protagonistas, hablar con las víctimas y sobre todo hablar mucho con los nietos porque son una prueba en vida de lo que fue el secuestro, la tortura, el robo de bebés, el plan sistemático”.
Argento continuó sobre la vigencia del delito de apropiación: “En el libro hay un caso de un nieto, Ezequiel, que cuando el Equipo Argentino de Antropología Forense encontró los restos que podían ser de sus padres se identificaron esos restos gracias a su sangre. Entonces, todo eso sigue ocurriendo y es parte de nuestra vida. Pero hay que seguir contándolo ahora porque dentro de algunos años ninguno de nosotros va a estar, entonces hay que ir contándolo para ahora, para que los que van naciendo conozcan la verdad y también para el futuro. Para que cuando esto sea histórico o muy viejo tengamos estos testimonios para la posteridad”.
Las coautoras Mariana Zaffaroni Islas y Sabrina Gullino Valenzuela Negro, cuyas historias también son parte del libro, contaron lo que significó volver a escribir y a contar una vez más sus propias vidas. “Realmente fue muy movilizante, al escribir cada historia se te vuelve a pasar por el cuerpo la tuya y decís esto yo lo sentí, yo sé cómo se sintió y entiendo lo que es haber pasado por eso y comparto esto, también había cosas que decía qué loco lo que le paso, qué tremendo, que terrible: esto gracias a Dios a mí no me paso. Hay como un permanente ponerse en el lugar del otro o saber cómo se siente el otro, y, por otro lado, también hay experiencias y vivencias totalmente nuevas”, confesó Zaffaroni Islas. “Sin ninguna duda, lo más difícil fue escribir mi historia en primera persona porque yo dije, ´Bueno ya lo conté muchíusimas veces´ y no es una vez más porque escribirla yo y elegir qué contar fue un montón. También es movilizante leer las otras historias que contó Analía, todas las historias son increíbles y son únicas como cada una de las personas que la vivió”, concluyó.
Por su parte, Sabrina describió: “Para mí fue un gran desafío, porque si bien algunas de las historias las conocía, volverlas a leer te atraviesa cada vivencia de los protagonistas. Está tan lindo escrito, es muy ameno pero no deja de ser bastante fuerte y en relación a cada una de las experiencias, pero también es sanador y creo que en cada una de estas historias que no son tan conocidas también es un reconocimiento necesario y una visibilización a las historias que parecen estar más alejadas, me parece que también es darle voz y darles un lugar, una visibilidad gráfica, desde mi lugar, a estas historias que son muchas, distintas y todas tienen sus características y particularidades”.
Los nietos te cuentan cómo fue se terminó de imprimir en diciembre de 2023, al cumplirse 40 años de la recuperación de la democracia más larga de la República Argentina. “Estamos convencidas de la necesidad de seguir contando para no olvidar, para que el Nunca Más no se repita y para seguir encontrando a los que faltan”, es el deseo de las autoras, la editorial y de gran parte del pueblo argentino que seguirá sosteniendo la memoria.