Caetano Veloso: memorias de un intelectual
He aquí uno de los mejores libros sobre música jamás escritos. Uno para atesorar en la biblioteca junto a los mejores exponentes del tema: Historia del baile de Sergio Pujol, Pero hermoso de Geoff Dyer, Crónicas de Bob Dylan o Blancas bicicletas, de Joe Boyd. Inconseguible desde hace años en la Argentina, esta nueva edición local de Verdad Tropical (Marea Editorial) trae de regreso a Caetano Veloso y viene además en una versión mejorada por la nueva traducción, a cargo de la periodista (especialista en música brasilera) y traductora Violeta Weinschelbaum. No es un detalle menor: este es un libro de memorias de un músico que es también un intelectual. Y uno a la altura de sus canciones, esas gemas maestras.
Como podrá adivinarse, no es sólo un libro centrado fuertemente en el movimiento de vanguardia tropicalista (con sus antecedentes en la antropofagia y su motor en la poesía concreta), sino también en sus bordes (Tom Ze) o en sus contrarios (Chico Buarque como continuador de la Bossa jobimniana), sino también un vademécum de la modernidad del siglo 20: cada capítulo puede ahondar y discutir la obra de Ezra Pound, Godard, Santana, Eric Hobsbawm o Quentin Tarantino tanto como los escritores del boom latinoamericano. Lo mismo ocurre con la particular e imperial cultura brasilera, desde Os Mutantes, Roberto Carlos hasta Oscar Neimeyer, atravesando el cine de Glauber Rocha o la literatura de Jorge Amado.
Si desde fines de los 60 Caetano le ofreció al mundo una de las obras más perfectas, populares, sofisticadas e inmediatamente reconocibles, lo mismo ocurre con sus textos y con ese estilo “internacionalista” y al mismo tiempo local que lo llevó a componer las primeras canciones en portugués que incluyeron palabras en inglés. Lo cual es disfrutable ya desde los títulos de cada capítulo, como “Bethania y Ray Charles”, como si fuera un sucedáneo de su canción “Tropicalia”: Viva a banda-da-da / Carmem Miranda-da-da-da-da”. Leer Verdad Tropical, a pesar de que lo escribió recién en 1997, es como cotejar teoría y práctica (escritura y música, pero también viceversa) de un genio que da la sensación de haber pensado y tejido el trayecto de su obra (algunos de los discos más fabulosos de la segunda mitad del siglo 20) desde su tempranísima juventud. Y así como sus últimos discos de estudio pueden estar entre lo mejor de su obra (como el asombroso Abraçaço), Verdad Tropical es la praxis entre música e ideas que puede disfrutarse como uno de los grandes ensayos de los últimos tiempos.