Martín Miguel de Guemes fue el único general, el único alto mando, que cayó en combate durante la guerra de Independencia. De esa muerte trágica se cumplen hoy 200 años, pero, a pesar de dejar hasta su vida, de ser el defensor clave de la frontera norte -labor sin la cual San Martín no habría podido emprender su gesta libertadora-, de luchar con valentía durante las invasiones inglesas, de combatir y derrotar en varias batallas importantes las fuerzas realistas, parecería que la historiografía local nunca lo puso dentro del panteón de los grandes próceres. Hasta ahora.
Es que Alejandro Tarruella, historiador, periodista, y escritor, acaba de publicar “El héroe postergado”. El libro que sacó Editorial Marea propone ir a fondo en la vida del salteño, que incluso llegó a ser gobernador de su provincia, pero sobre todo invita a revisar la perspectiva clásica del pasado local, hasta hace no tanto monopolizada por la visión que imprimió Bartolomé Mitre. “Se quiso contar otra historia”, dirá el autor en esta entrevista.
Noticias: ¿Por qué se lo postergó a Güemes? ¿Qué es lo que este libro intenta rescatar? ¿Qué tanto tuvieron que ver sus contemporáneos y qué tanto la escuela que fundó Mitre? ¿Cuál fue el gran aporte de Güemes a la Revolución?
Alejandro Tarruella: Hay en principio una consideración de Güemes a partir de la historia centralista que hace de él, quien no fue. Es decir, se construye una identidad y una trayectoria que describen a un personaje imaginario. En esa acción, en la que Mitre es el principal gestor, lo que se procura es contar otra historia de la historia. La que no sucedió y la que era necesaria para los intereses del puerto respecto de las provincias. Mitre dice de Güemes que “los ejércitos regulares no eran su teatro de acción. Güemes, enemigo de la disciplina, huía de ellos, así es que, salvo la batalla de Suipacha, a que concurrió por un acaso, no se ha hallado en ninguna de las grandes batallas de la Independencia”. Esa falsa afirmación, grave como definirlo como un guardián de la frontera, que lo descalificaba, reseñaba esa necesidad imperiosa. Decía citando a José María Paz, que era gangoso, demagogo que excitaba a los pobres a la rebelión y así construir una negación que precisaba crear un relato imaginario en función de intereses concretos. La visión centralista de base británica contra la sanmartiniana, podríamos expresarlo así, tenía una definición muy clara de territorio: no querían el país suramericano, una integridad sino el proyecto dependiente que se construyó. El empréstito de la Baring Brothers lo puede explicar en parte. Hay una polémica entre Mitre y Dalmacio Vélez Sarsfield, y en 1864 Mitre publica el libro “Estudios históricos sobre la Revolución Argentina: Belgrano y Güemes” para responder “Rectificaciones Históricas: General Belgrano, General Güemes” de Vélez Sarsfield. Vélez Sarsfield destaca su lucha frente a sus soldados, lo compara con Bolívar por sus métodos y su transparencia y afirma: “Es que el caudillo Güemes, ese hombre a quien se le culpa de haber procurado siempre atraerse a las masas, se sirvió de esas masas para salvar a su país y la Revolución de Mayo.” Y ahí hay que recordar que el Plan Combinado en el que Güemes trabajó con San Martín, tuvo como objetivo llegar a Lima desde el Pacífico, el Callao, y desde el Alto Perú (Güemes) y es lo que debía callar la historia para no revelar que Buenos Aires no compartía la unidad territorial por la que trabajaban, eso que hoy llamamos la Patria Grande. Por eso Mitre lo desconoce explícitamente como héroe. Así se forjó el héroe postergado. Héroe en las invasiones inglesas, en Suipacha (negado por Castelli) y en cien batallas, iba a tener que ser relegado de la historia. La historia, que sucedía en todo el territorio solía ser escrita solo en Buenos Aires. Por eso su aporte en las Invasiones Inglesas a la Revolución de Mayo, está borrado.
Noticias: Es interesante la versión que da usted sobre la Primera Junta, y en especial de personajes que se los suele ver como del ala más progresista como Castelli o Belgrano. Quería ver si me podía ampliar un poco esa interna con Guemes.
Tarruella: La Primera Junta tenía sus contradicciones y en esa etapa no hubo un reconocimiento muy marcado por su papel en las Invasiones Inglesas, cuando tomó a caballo un buque inglés. Uno de los hombres de esa Junta, Castelli (que no participó en la batalla y asumió el logro como propio), sería quien lo expulse del ejército luego de encabezar el triunfo de Suipacha en diciembre de 1810. Y fue protagonista del primer triunfo patrio mostrando su capacidad militar y política, conduciendo a sus milicianos del norte para vencer a militares españoles que llegaban de luchar contra Napoleón. Yo sé que esto es polémico pero vale leer “La gloria de Güemes”, de Martín Gabriel Figueroa Güemes. Será San Martín quien lo recupere para la lucha y lo ascienda en sus cargos una y otra vez. Belgrano lo rescataría y trabajarían en unidad sin fisuras. El historiador salteño Bernardo Frías expuso que “El trípode donde se asienta la libertad de América tiene tres pilares fundamentales: Simón Bolívar, San Martín y Martín Güemes”. ¿Cómo se refuta este argumento? ¿Expresando que no conocía la disciplina? El historiador Vicente Fidel López señalaba que San Martín no se equivocaba al valorar a los hombres y “miraba a Güemes con una predilección marcadísima”. Reconocía su capacidad como conductor y forjador de soldados para la difícil misión que realizaba con conocimiento de territorio en un sentido amplio y hondo.
Noticias: Otra idea que vuelve en el texto es el hecho de que Güemes haya sido el único general del proceso revolucionario que cayó en batalla. ¿Hay un simbolismo detrás de ello? ¿Cuál sería?
Tarruella: Ese hecho es indiscutible. Entiendo que lo que puede permitir ver ese hecho, es la entrega y la convicción de Güemes que va a morir producto de la traición, de la falta de principios de muchos hombres de la época, y de una tradición centralista que hoy mismo resiste a ver el país como un todo federal desde se construye un destino común. Pienso que en estos días, este pensamiento, dicho en términos gruesos, vuelve sobre nosotros para exigirnos un esfuerzo de unidad y de destino común que expresaron Güemes, San Martín, Belgrano, Artigas, Dorrego, Rozas, Varela como Yrigoyen y Perón.
Noticias: Más allá de que no haya figurado en la primera plana de la historia local, ¿en dónde ve la influencia de Güemes a través de los años?
Tarruella: Por una parte, hay un esfuerzo de base de historiadores de Salta como Bernardo Frías, Atilio Cornejo, la documentación de Luis Güemes, hoy podemos citar a Martín Güemes Arruabarrena, historiador, y están desde Fermín Chávez a muchos otros que han sostenido y proyectado su memoria. Otros historiadores de un modo u otro han trabajado sobre su trayectoria y hay con que entretenerse. Luego está la cultura popular, los poetas como Juan Carlos y Jaime Dávalos, Julio César Luzzardo, el film histórico “La guerra gaucha”, las canciones que cantaron desde Jorge Cafrune y Hernán Figueroa Reyes hasta Mercedes Sosa. Fue la cultura popular que mantuvo y mantiene a Güemes en un plano diferente en el pueblo. Con esa base su figura se ha proyectado en un sentimiento profundo y permanente.
Noticias: Hace foco en la mirada “porteño céntrica”. ¿Qué significó para el país que se haya impuesto el poder bonaerense? Y una más, en contraste con cómo se lo trató acá: ¿cómo se lo ve a Güemes en el norte?
Taruella: En el norte hay quienes lo quieren y quiénes no. Diría que hay más que lo reconocen y es un héroe que tiene siempre referencias. Para la evocación, el alegato o la crítica. En los últimos años aparecen replanteos acaso más incisivos en el sentido de hacer un rescate más severo de su rol histórico, pero se ha clamado a través de los años por esa tarea. En cierto modo, sucede como si en la historia el no haber concluido un proceso como el vivió Güemes, tenga para ciertos poderes, el precio del olvido. Y eso es lo que debe terminar porque hoy, que hablamos de la construcción de la Patria Grande, tenemos de modo inevitable, que revisar su aporte y su sacrificio. En ese sentido, es importante la labor incansable del Instituto Güemesiano de Salta como historiadores de Bolivia que rescatan su legado. Entiendo que hay que resaltar el reconocimiento de Güemes a los derechos de los gauchos, ya que con el fuero que creó, hizo una base de pensamiento y acción que iba a fructificar más de un siglo después en el Estatuto del Peón de Campo.
Noticias: Es muy interesante la figura de su hermana, tampoco tan rescatada por la historiografía local. ¿Cuál fue su aporte?
Taruella: Macacha fue una dirigente de enorme valor y lo rescato en “Güemes, el héroe postergado”. Estuvo en la lucha como muchas otras mujeres, Carmen, esposa de Güemes, Juana Azurduy que llegó de ver morir trágicamente a su compañero, Miguel Asencio Padilla, en la batalla de Laguna, en las luchas del Alto Perú, y se sumó a trabajar con Güemes en los últimos años de su vida. Macacha fue vital para Güemes gobernador, acompañándolo como “gobernadora” cuando él estaba en batalla y debía trabajar un territorio que iba de Salta al Alto Perú y de allí a las aguas del Pacífico. Trabajó en inteligencia con otras mujeres para el desplazamiento de las tropas y el logro de los objetivos. Y tuvo un rol decisivo en el Pacto de Cerrillos con Rondeau, el 22 de marzo de 2016, luego de otras de las movidas de Buenos Aires, cuando se intentó una vez más, dejar a Güemes fuera de juego. Y dio lugar a que el 9 de julio de 1816, los congresales de las Provincias Unidas de Sudamérica declararan la independencia de España “y de toda dominación extranjera”. Fue producto de la visión política del conductor del salteño, celebrada por San Martín como un triunfo en más de “mil batallas”, al evitar un enfrentamiento interno para apuntalar el Congreso de Tucumán. Estamos entonces frente a un conductor político militar que fue tratado poco menos que como un matrero sin ilustración. Acaso, como una suerte de “siciliano vengativo”, como diría Macedonio Fernández. No es poco. Y eso es lo que hay que cambiar para que Güemes deje de ser, el héroe postergado.
Noticias: ¿Por qué piensa que fue tan importante para el mitrismo construir su propia versión del pasado, esa en donde Güemes apenas aparecía?
Tarruella: El proyecto centralista es el que impone a Mitre cambiar la imagen de ciertos héroes, tal el caso de Güemes, para quitarles trascendencia histórica. Y lo hizo con sumo cuidado, elogian a quien deben minimizar y luego le cambiar la carga de su peso histórico. José María Paz contribuyó a bajarle los méritos pero también escribía que Salta, con la conducción de Güemes, había defendido la suerte del país con sus gauchos que “con pequeñísima disciplina resistieron victoriosamente a los aguerridos ejércitos españoles. Pezuela, Serna, Canterac, Ramírez, Valdez, Olañeta y otros afamados generales españoles intentaron vanamente sojuzgarlos. Si Güemes cometió grandes errores, sus enemigos domésticos nos fuerzan a correr un velo sobre ellos, para no ver sino al campeón de nuestra Independencia y al mártir de la patria.” Luego le bajaban el reconocimiento y cambiaban el relato. Mitre había concluido expresando que no era “un héroe según nuestro evangelio, por mucho que le admiremos” luego de idas y vueltas. El centralismo era un proyecto dependiente y no creía en lágrimas.
Noticias: Hablamos de San Martín y de Belgrano. ¿Güemes, para usted, está dentro de ese bloque de los grandes próceres de esta tierra?
Taruella: Si. Por supuesto. Si sabemos por Bernardo Frías que Güemes fue parte de la estrategia de San Martín de liberar el Perú, con San Martín llegando desde el puerto del Callao y Güemes desde al Alto Perú para consolidar lo que se inició con el cruce de los Andes acompañado por la guerra gaucha, estamos en presencia de dos exponentes de la consolidación de la independencia, en camino a lo que hoy denominamos la Patria Grande. Fue en ese contexto, que San Martín lo nombró jefe del Ejército de Observación que tenía la misión de llegar a Lima por el Alto Perú. La declaración del Congreso de Tucumán en 1816, se inscribe también en ese derrotero histórico junto a Belgrano, gran conductor político militar, que trabajó con San Martín y con Güemes en la tarea de consolidar el proyecto político más importante de la época. De ahí que sea necesario hacer una lectura que incorpore esa unidad estratégica San Martín-Güemes como un capítulo central en la narración de la historia nacional.