Marea Editorial

ANTICIPO DEL LIBRO “DAÑOS COLATERALES”, DE VERONICA TOLLER

Papeleras: cuando la diplomacia no pudo impedir el conflicto

Ese abril de 2005 vuelve al ruedo el tema del acuerdo Bielsa-Opertti. Había gran descontento con la inercia del Gobierno argentino, especialmente, de la Cancillería. El diputado provincial por Nuevo Espacio, Juan Carlos Lucio Godoy, decide pedir una interpelación al canciller Bielsa en la Cámara de Diputados. El 8 de abril, el jefe de Gabinete Alberto Fernández hace pública la respuesta de Bielsa en la Cámara. En la respuesta 220, la Cancillería sostiene que ha dado por concluida la controversia con Uruguay el 4 de junio de 2004, después de firmar un acuerdo por el que Argentina aceptaba formar una Comisión Binacional para controlar el proyecto".El párrafo es parte del libro "Daños Colaterales", de la periodista Verónica Toller, sobre el conflicto con Uruguay por la instalación de pasteras en la costa oriental del Río Uruguay. Argentina y Uruguay dirimen ante la corte de La Haya la acusación de que el segundo incumplió un Tratado y un Estatuto sobre manejo del río compartido. El acuerdo fija que cualquiera de las partes que planee radicar emprendimientos potencialmente dañinos para el ambiente, debe comunicarlo al otro en detalle, permitirle el estudio y atenerse a la posibilidad de que niegue su consentimiento. Uruguay sostiene que Argentina sí fue informada y que hubo un acuerdo bilateral. Según "Daños.", sí existió el acuerdo. Pero no se cumplió y dejó de ser. "En febrero de 2004, el ex embajador argentino Raúl Estrada Oyuela entregó al gobernador Busti, al canciller Bielsa y a la CARU (Comisión Administradora del Río Uruguay), copia de dos dictámenes sobre los riesgos de las pasteras. Ambos demostraban que ENCE contaminaría", sostiene el libro de Toller. El canciller "los remitió a las delegaciones argentina y uruguaya de la CARU, que tenían un plazo de treinta días para expedirse. La parte uruguaya se negó a recibirlos. Ante ello, Bielsa -asesorado por García Moritán- entabló diálogos informales con Opertti, que desembocaron el 2 de marzo en un acuerdo con Uruguay de monitoreo ambiental de la zona en donde se iban a instalar las plantas de celulosa"."Cinco meses antes -sigue el libro de Toller-, el 9 de octubre de 2003, hubo una reunión en la Estancia Anchorena entre Néstor Kirchner y Jorge Batlle. Volonté, Opertti y Bielsa también asistieron. Kirchner le pidió a Batlle que su país no tomara decisiones vinculadas con las pasteras sin cumplir con el Estatuto del Río Uruguay. Según Bielsa, la respuesta del presidente uruguayo fue: 'Absolutamente, podés contar con eso'. Sin embargo, ese mismo día, Batlle había firmado, antes de hablar con Kirchner, el decreto que autorizaba la construcción de ENCE".